Arzobispo Ulloa llama a vivir una Navidad de reconciliación, justicia y compromiso social

En su homilía, exhortó a las familias y al país a no reducir la Navidad a una celebración superficial, sino a un encuentro transformador con Cristo y con los más vulnerables
  • domingo 21 de diciembre de 2025 - 3:00 PM

En el marco del IV Domingo de Adviento, el arzobispo metropolitano de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, invitó a los fieles a vivir la Navidad como un tiempo de reencuentro familiar, reconciliación y esperanza, pero también como una interpelación profunda a la conciencia personal y social del país.

Durante la homilía celebrada en la Catedral Basílica Santa María de La Antigua, Ulloa recordó que la Navidad no se limita a compartir una mesa, sino que llama a sanar vínculos, reconstruir puentes y asumir con fe la nostalgia que dejan las ausencias. Subrayó que el recuerdo de quienes ya no están no es falta de fe, sino una expresión del amor que permanece, y reafirmó la convicción cristiana de que la vida no termina, sino que se transforma.

El arzobispo señaló que la celebración del nacimiento de Cristo interpela directamente a la nación panameña. “No podemos acoger al Príncipe de la Paz y permanecer indiferentes ante la injusticia, la exclusión, la violencia o la corrupción”, afirmó, destacando que la paz que trae Jesús no evade la realidad, sino que la transforma.

A las puertas de la Navidad, Ulloa elevó una súplica para que esta celebración no pase de largo ni se reduzca a gestos repetidos, sino que se convierta en un encuentro verdadero con Dios. Invitó a dejarse tocar por la fragilidad del Niño Jesús, capaz de desarmar durezas, cuestionar seguridades y abrir el corazón al perdón y a un nuevo comienzo.

En su mensaje, hizo un llamado especial a la reconciliación familiar, animando a sanar heridas, reconstruir diálogos rotos y cultivar la ternura y la paciencia. Asimismo, insistió en que el pesebre no puede quedarse como un símbolo decorativo, sino que debe impulsar una conversión personal y social que se refleje en la vida cotidiana.

Monseñor Ulloa enfatizó que el rostro de Cristo se reconoce de manera especial en los pobres, los excluidos y las víctimas de la violencia, la injusticia y el abandono. Vivir la Navidad con autenticidad, dijo, exige defender la vida, proteger a los niños y adolescentes, acompañar a los más vulnerables y no acostumbrarse a la pobreza, la desigualdad ni la exclusión.

Finalmente, llamó a rechazar toda forma de corrupción, cortar los círculos de violencia y optar decididamente por la reconciliación y la paz, que comienzan en el corazón y se proyectan en la familia, la comunidad y la nación. “Que esta Navidad no pase sin transformarnos”, expresó, exhortando a construir una sociedad comprometida con la vida, la dignidad y la esperanza.