- martes 09 de noviembre de 2021 - 12:00 AM
El 5 de febrero de 2021 se cumplirá el centenario del nacimiento de Joaquín Beleño Cedeño, uno de los grandes escritores panameños del siglo XX. Por eso es oportuno hacer un pequeño homenaje al exaltar sus aportes a las letras panameñas, dado que en la actualidad poco se conoce sobre su figura. Beleño es ponderado por su aporte a la novela panameña, pero también, al igual que Gil Blas Tejeira y Gaspar Octavio Hernández, contribuyó al periodismo nacional. En este artículo solo abordaremos sus novelas.
Beleño –como hemos visto también con otros literatos nacionales- creció en la pobreza. El oficio de albañería de su padre no le permitía tener las facilidades para superarse. Hizo sus estudios primarios en la escuela Justo Arosemena y en el Instituto Nacional. Pero por sus limitaciones económicas tuvo que dejar sus estudios, porque su padre había sufrido quebrantos de salud y tenía discapacidad física. Por eso, en su etapa de adolescencia, Joaquín Beleño había laborado en todos los oficios: repartidor de periódicos, ayudante de carpintería y asistente de albañil.
Pero estas limitaciones no le fueron obstáculos para superarse, lo que lo llevó nuevamente a ingresar al Instituto Nacional, donde pudo terminar su bachillerato a los 21 años. Con ese espíritu de superación que lo caracteriza, estudió relaciones públicas en la Universidad de Panamá (UP) y se hizo profesor de ciencias sociales. Más tarde obtuvo una maestría en relaciones públicas en Estados Unidos.
Esta primera etapa de su vida es suficiente para comprender el porqué en su vena corría esa sensibilidad artística que pudo plasmar en sus obras literarias, ya que Beleño mantuvo una línea ideológica enfocada en la realidad sociopolítica de Panamá, y el porqué en sus obras se recogen la expresividad del habla y el sentir popular panameño de aquella época postguerra convulsionada por la lucha nacionalista por la presencia de los norteamericanos en la antigua zona canalera .Todas sus obras narrativas como Luna verde (Ministerio de Educación, 1961) en 1941, seguida de Los forzados de Gamboa (Traducida al inglés como Gamboa Road Gang. Ministerio de Educación, 1960), Curundú (Ministerio de Educación, 1963) y Flor de banana (Ministerio de Educación, 1970), fueron galardonadas con el premio Ricardo Miró, lo que demuestra que estamos ante un personaje de mucho talento y sentimiento patriótico. Con Luna verde, Joaquín Beleño inicia su trilogía del Canal, que ha de completar con Curundú Lane y Gamboa Road Gang (1956 y 1960, respectivamente), y que viene a distanciarse de la novelística costumbrista rural, tesis que defendía Ramón H. Jurado.
En estas novelas refleja la discriminación y los abusos sufridos por los propios panameños desde la construcción del Canal. Tal como lo señalara Jaeger, ‘esta trinidad de novela, nación y canal es fundamental en cualquier consideración de la literatura panameña, porque la novela termina siendo el género predilecto para explorar los problemas de la nación y el canal' (89)
Según el profesor Aristides Martínez Ortega, ‘Joaquín se presentó en el Premio Ricardo Miró con su novela Luna verde, pero el triunfo de esa novela no es su mayor mérito, la obra incorpora novedades narrativas. La más importante fue la denuncia de un enclave colonial inhumano y abusivo en el territorio nacional y como aporte literario introdujo el escenario urbano popular y sus personajes en la creación literaria'.
En el caso de la novela Gamboa Road Gang, se aprecia el tema del racismo muy presente en la antigua zona canalera, donde se cuenta la historia amorosa de la chica blanca gringa y el negro panameño. En su romance fueron sorprendidos por la policía zoneíta dentro de un vehículo en lo que hoy es las instalaciones del DIJ, antes correspondían a la jurisdicción norteamericana, a unos metro del muro que separaba la antigua zona canalera con la ciudad capital. En dicha obra el panameño fue condenado a 50 años en la cárcel ubicada a orillas del Canal, en Gamboa. Hoy llamado el Renacer, acusado de violación carnal, Las novelas de Beleño se enfocan en los efectos psicológicos que genera la presencia estadounidense en los trabajadores del Canal. Por tanto, están orientadas a la denuncia del racismo, el colonialismo y la explotación de los Estados Unidos, en el contexto de una definición de la propia identidad panameña, enfocada desde la perspectiva problemática del mestizaje étnico, por las tensiones entre las culturas que convergen en la Zona del Canal, como motor del poder colonial.
De esta manera, la novelística de Joaquín Beleño es un legado a la literatura panameña que trasciende la línea de una crónica histórica y es un discurso narrativo satírico hacia la política estadounidense en la Zona, ya que describe con mucha crudeza esa realidad de injusticia social que solía verse con la presencia de tropas y tribunales estadounidenses en una colonia regida, en forma exclusiva, por los norteamericanos que marcaba, no solo la frontera geográfica sino étnica.