Alimentación: antes, durante y después del tratamiento del cáncer
- viernes 11 de octubre de 2024 - 1:00 AM
El cáncer no es sinónimo de muerte, sino de lucha. Alguien que recibe o está a punto de comenzar un tratamiento oncológico, además de contar con el apoyo de la familia, debe tener una buena nutrición.
Las personas con cáncer a menudo necesitan seguir una dieta diferente de lo que se considera saludable. Para la mayoría de las personas, una dieta saludable consiste en comer: muchas frutas, verduras, pan integral, cereales, pocas cantidades de carnes y productos lácteos, pequeñas cantidades de grasa, azúcar y sal.
Sin embargo, cuando se tiene cáncer, se necesita comer para mantener la energía con el fin de superar los efectos secundarios del tratamiento. Cuando la salud es buena, generalmente no es un problema comer suficientes alimentos. Pero cuando se enfrenta al cáncer y al tratamiento, esto puede ser un verdadero reto.
Cuando una persona ha sido diagnosticada con cáncer, puede necesitar más proteína y más calorías. Algunas veces, su dieta deberá incluir más leche, queso y huevos. Si tiene problemas para masticar y para digerir los alimentos, puede necesitar añadir salsas y caldos. También podría necesitar comer alimentos con poca fibra en vez de alimentos ricos en fibra.
Un dietista puede ayudarle, si necesita hacer cambios en su alimentación, especialmente si el paciente tiene sobrepeso u obesidad, un factor de riesgo que está vinculado a 13 tipos de cáncer, según reportes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). (Ver infografía).
Marcela Ferguson de Rodríguez, subdirectora de la Comisión de Educación y Divulgación de la Asociación Nacional Contra el Cáncer (Ancec), informó que si bien es cierto la mala alimentación juega un papel en la incidencia y el aumento de los casos de cáncer, otros factores que influyen son el consumo de bebidas alcohólicas y el cigarrillo.
“En Panamá, hay muchas personas con sobrepeso y eso se debe a que nos alimentamos mal. Los panameños somos de comer frituras, embutidos y alimentos procesados, quizás porque son más económicos”, expresó.
Antes de iniciar el tratamiento oncológico, la persona diagnosticada con cáncer debe seguir una dieta saludable y mantener el mismo peso. Esto ayuda a conservar las fuerzas, reducir el riesgo de infecciones, a superar mejor los efectos secundarios y tener una mejor posibilidad de recibir la quimioterapia sin interrupciones fuera del plan.
Los pacientes con cáncer se enfrentan a menudo con algunos problemas alimenticios mientras reciben su tratamiento. Falta de apetito, estreñimiento, diarreas, náuseas, vómitos, irritación en la garganta e intolerancia a ciertas comidas son parte de estos problemas.
De acuerdo con Ferguson de Rodríguez, una persona que está tratando su enfermedad, ya sea con quimioterapia, radioterapia, terapias dirigidas, inmunoterapia, entre otras, debe alimentarse bien.
“El paciente principalmente debe tener una dieta baja en grasa, sal y azúcar. Además, que esté libre de condimentos procesados y picante. Debe aumentar su consumo de frutas, legumbres y verduras. Puede comer todo tipo de carnes, pero con prudencia, cocidas o al horno, preferiblemente”, indicó.
Según la vocera de la Ancec, en Panamá contamos con muchos ingredientes naturales como la cebolla, el ají, el culantro y el tomate que le aportan sabor a las comidas y que fácilmente reemplazan los condimentos químicos que venden en las tiendas y supermercados.
“Si tiene cáncer o ya superó la enfermedad, la dieta debe ser libre de químicos y lo más saludable posible”, manifestó, luego de recordar que el diagnóstico de la enfermedad en sus etapas tempranas es la clave para enfrentar y superar el cáncer.
Explicó que la ingesta de suplementos como leches fortificadas no están de más, no obstante, Fergunson de Rodríguez considera que todo debe ser regulado por el médico oncólogo que lleva el caso de cada paciente.
Muchos problemas para comer desaparecen cuando finaliza el tratamiento. Así lo aseguró Miriam Robinson, quien en el 2012 fue declarada como paciente libre del cáncer de mama que le fue diagnosticado en el 2007.
Robinson, quien hoy día tiene 67 años, contó que su forma de alimentarse se transformó por completo, pues reconoció que antes comía muchos alimentos con grasa, especialmente frituras. “Al principio es difícil acostumbrarse, pero por amor a la vida y a la familia se logra. Ahora amo comer verduras cocidas con mi pollo a la plancha”, señaló consiente de que llevar una dieta saludable, requiere voluntad y la determinación de querer vivir con salud al lado de sus seres queridos.