¡Alarmante! Represión en Panamá genera condena internacional

Organismos de derechos humanos y redes católicas alzan la voz por los abusos en Bocas del Toro
  • miércoles 25 de junio de 2025 - 8:35 PM

Una carta abierta de solidaridad estremeció este martes los círculos políticos y sociales de Panamá. Organizaciones defensoras de derechos humanos y redes de acción pastoral del CELAM (Centro de Programas y Redes de Acción Pastoral), junto a agrupaciones civiles de toda América Latina, expresaron su profundo dolor, indignación y solidaridad ante las graves denuncias que surgen desde el país, especialmente en zonas donde la protesta social ha sido brutalmente reprimida.

Las organizaciones firmantes manifestaron su respaldo total a la Iglesia Católica panameña, reconociendo su esfuerzo por tender puentes de diálogo entre las autoridades y el pueblo organizado que exige ser escuchado.

En el documento, las organizaciones afirmaron haber recibido testimonios “consistentes y reiterados” sobre abusos cometidos por las fuerzas de seguridad panameñas: detenciones arbitrarias, uso desmedido de la fuerza, vejaciones, amenazas con armas, incursiones a viviendas con gases lacrimógenos y ataques directos a civiles, incluyendo menores, ancianos y personas que no estaban en las manifestaciones.

“Estos actos constituyen violaciones graves a los derechos humanos, contrarias a los principios fundamentales del Derecho Internacional Humanitario”, recalca la carta.

Una parte crítica del comunicado se refiere a la situación en Bocas del Toro, denunciando su gravedad y las consecuencias físicas y psicológicas permanentes que podría dejar en las comunidades afectadas. También advierten sobre la represión dirigida especialmente a los pueblos indígenas y liderazgos comunitarios, algo que califican como un retroceso alarmante en los derechos colectivos y territoriales.

Llamado urgente a Panamá y al mundo

Las organizaciones hacen un llamado urgente:

Al Estado panameño y a sus instituciones, a cesar de inmediato toda forma de represión, garantizar el respeto irrestricto de los derechos humanos y abrir espacios de diálogo genuino y transparente.

A la Defensoría del Pueblo de Panamá, a actuar con firmeza y conforme a su mandato constitucional, centrando su labor en la defensa de los más vulnerables y evitando acciones que contribuyan a deslegitimar sus justas denuncias.

A los organismos internacionales, incluyendo la CIDH, OACNUDH y otros mecanismos de derechos humanos de las Naciones Unidas, a enviar misiones de observación, documentar las violaciones y activar los mecanismos pertinentes de protección internacional.

A los pueblos de América Latina y el Caribe, a manifestar su solidaridad activa con el pueblo panameño, en especial con sus comunidades indígenas, iglesias comprometidas con la justicia, y defensoras y defensores de los derechos humanos.

“Desarmar palabra y corazón” es el llamado final de la carta, que exige soluciones basadas en el bien común, no en intereses particulares. “Como creyentes en la justicia, la paz y la dignidad de toda persona, no permaneceremos en silencio ante la injusticia”, concluye el documento.