- martes 23 de agosto de 2016 - 12:00 AM
COMARCA
Entre lluvias de piedras y enfrentamientos, el presidente Juan Carlos Varela y la cacica Silvia Carrera finalmente firmaron el acuerdo que pone en marcha el funcionamiento de la polémica hidroeléctrica Barro Blanco.
La firma del acuerdo enardeció al miles de indígenas ngäbes y buglés, quienes iniciaron fuertes enfrentamientos que dejaron un saldo de cuatro policías heridos –entre ellos, el subcomisionado jefe de la zona comarcal, Luis Quiel– y dos indígenas retenidos.
Escoltada por unidades del Servicio de Protección Institucional (SPI), la cacica Silvia Carrera se refugió en una de las aulas del centro educativo para evitar ser herida en la trifulca.
Por su parte, Ricardo Miranda, del Movimiento M10, detalló que el pueblo está pintado de guerra porque con la firma del acuerdo de dicho proyecto se condena a más de 800 indígenas que han sido afectados por Barro Blanco y que han perdido sus hogares.
El acuerdo establece que el 15% que genere la obra será destinado para obras sociales en la comarca Ngäbe-Buglé, además de suspender e impedir las concesiones para futuros proyectos hidroeléctricos en el río Tabasará, la salida de la Empresa Generadora del Istmo (Genisa) como operadora de la obra, y que la mano de obra sea en un 50% de indígenas.
En horas de la mañana, previo a la firma del acuerdo, el presidente se refirió al buen resultado que dio el diálogo gracias al fuerte plan de inversión pública para resolver el conflicto.
La discusión sobre Barro Blanco se hizo simultáneamente al desarrollo de un Plan Quinquenal de Inversiones Públicas con 187 proyectos por más de 335 millones de dólares.
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SITUACIÓN
Genisa saldrá de la ecuación tras las negociaciones.
El descontento se mantiene.
