Subsisten con artesanías de Cocobolo y Chunga

Los materiales se los provee la madre naturaleza, pero así mismo le tienen respeto debido a que ella es quien les da de comer.
  • miércoles 16 de septiembre de 2015 - 12:01 AM

ESFUERZO

Los trabajos labrados a mano ya no rinden la misma ganancia que hace 10 años atrás.

Tallar las artesanías toma tiempo y requiere un enorme esfuerzo, pues el material que utilizan los esposos Adan Puchicama y Sunilda Tobar, es la madera de cocobolo.

Este árbol crece en la reserva del Darién y es utilizada por pobladores para subsistir.

Sunilda de 26 años de edad y Adan 25, tienen dos niñas que son su motor para seguir adelante.

Ambos de la étnia Emberá viven en la comunidad de Río Platanares en el corregimiento de Pasiga en el distrito de Chimán.

Adan contó que le toma de uno a dos días conseguir el cocobolo, mientras que su esposa se introduce en la selva para conseguir la chunga que luego la utiliza para hacer vasijas.

Los materiales se los provee la madre naturaleza, pero así mismo le tienen respeto debido a que ella es quien les da de comer.

Arte con madera

Adán manifestó que el arte de tallar la madera lo aprendió de su padre.

‘En ese entonces venderlas era más sencillo y el trabajo que se hacía era bien remunerado', dijo.

Preocupado, señaló que en la actualidad no pueden subsitir al 100% de la actividad debido a los pocos clientes y escacea los pedidos.

Explicó que en cinco años ha elaborado dos águilas harpía y el costo va de mil a mil 500 dólares.

Solo hace este tipo de trabajos por pedido, porque no es sencillo que alguien pague esa cantidad de dinero.

Desde que inicio con esta labor ha realizado alrededor de 50 figuras de madera. Las más chicas las vende en el Casco Antiguo a un costo de 25 a 40 dólares.

Sus herramientas son un mazo, una piedra y un formón, porque la madera de cocobolo es muy dura y toma alrededor de 2 a 3 meses elaborar un arte. Eso depende del tamaño y la dificultad que tengan.

Tejer

Sunilda usa la chunga y teje vasijas que les toma alrededor de dos meses en terminarlas. Las vende a un precio aproximado de 80 dólares cada una, pero solo las hace por pedido al igual que su esposo.

Cuenta que para poder darle color al ‘Nabala', como se le conoce a este material, debe mezclar lodo de manglar con cocobolo y lo tiñe de negro. Para otros colores como el amarillo y el rojo usa azafrán y otros tipos de plantas.

Alrededor de 10 años tiene trabajando con este material y comparte la misma pasión por el arte que su esposo Adan.

==========

un arte que no da las mismas ganancias que hace 10 años atrás, es la pasión de pobladores de Pasiga