Escoba de espino chivo, un negocio en extinción

Las escobas de espino chivo, utilizadas para barrer los patios, son muy gustadas y buscadas por la población
  • jueves 29 de enero de 2015 - 12:00 AM

CHITRÉ

Las escobas de espino chivo, utilizadas para barrer los patios, son muy gustadas y buscadas por la población, pero esta herramienta puede desaparecer porque en la región herrerana solo hay dos personas que se dedican a su venta y confección.

Justo y Pastor Mendoza, dos hermanos que por más de 30 años se han dedicado a esta actividad, están por jubilarse de esta labor, porque a su edad (más de 70) no pueden seguir y les preocupa que no hay quién los reemplace.

Ambos señalan que la actividad es muy rentable, pero hay que tener deseos de trabajar y de querer seguir adelante, porque también es muy esforzada.

Justo explicó que busca el espino chivo a grandes distancias, igual la madera, además de depender de los buseros que a veces no los quieren transportar, que los hace depender de los ‘aventones’ para llevarlas a vender.

Los hermanos viajan desde Llano Grande de Ocú, hasta Chitré, para vender su producto recorriendo sus calles.

Pastor Mendoza asegura que en su globo de terreno tiene los espino chivos y hasta les riega abono para que tengan mejor vigor.

Justo Mendoza, el primero en iniciar esta labor por la necesidad en su familia, la cual es de muy bajos recursos, recordó que vio una oportunidad para crear un negocio y poder mantener a su familia.

Según Justo, durante años vio que en el campo las personas usaban escobas de diferentes plantas para barrer los patios de las casas, entre las que mencionó el espino chivo, ramas de lazo, hierba zorra, escobilla, pero unas tenían muy poco tiempo de duración y otras al barrer no hacían el trabajo de forma correcta, característica que no observó en la escoba de espino chivo, por lo que decidió perfeccionarla.

Antes eran amarradas con tiras, cintas y demás, pero decidió hacerlo con liga de tubo de llantas para que quedaran mejor y mucho más bonitas.

Fue así que inició su recorrido como el vendedor de escoba más conocido en Chitré, no solo por las escobas, sino por su característica de gritador y su don de exaltar el folclor.

Justo explicó que empezó vendiéndolas a los vecinos del lugar donde reside, luego pasaron las fronteras de la región de Azuero, pues personas que iban de visita a la provincia también las buscaban.

Ahora solo las hace por pedido, pues llaman a su casa para irlas a buscar, pero asegura que hace en mínimas cantidades porque no tiene la misma energía de antes para buscarlas a extensos kilómetros de terreno.

Mientras que a Pastor aún se le ve recorriendo las calles de Chitré, con las escobas sobre su hombro, pues asegura que la necesidad lo mantiene en estos quehaceres.

Tanto Pastor como Justo aseguran que este negocio pudo haber crecido más, pero no tenía los recursos para comprar un carro y poder expandirlo.

El precio de las escobas en un principio era de 1.00 dólar, ahora entre 1.50 y 2.00 dólares.

José Luis Solís, economista agrícola, aseguró que esto se constituyó desde sus inicios como una empresa innovadora que se mantiene hasta nuestro tiempo y que representa un ejemplo para nuestros jóvenes de ver oportunidades laborales donde otros no las ven.

‘Lo que hicieron estos señores puede servir de base para constituir una gran empresa. En la región no existe variedad de este artículo de primera necesidad, por lo que si se elevara de forma industrial podría convertirse en una gran empresa’, comentó.

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