Compañeros recuerdan a Daniel Rodríguez Solanilla, a 11 años de su fallecimiento
- jueves 04 de diciembre de 2025 - 8:43 AM
Hoy, 4 de diciembre, se cumplen once años de la muerte del periodista Daniel Rodríguez Solanilla.
Los compañeros de La Estrella de Panamá y El Siglo lo recuerdan con especial cariño, resaltando su entrega absoluta al oficio y su calidad humana en las área donde se desempeñó.
Rodríguez falleció el 4 de diciembre de 2014, luego de batallar por varias semanas contra una enfermedad en el Complejo Hospitalario de la Caja de Seguro Social.
La noticia en su momento sacudió al gremio periodístico, y hoy, más de una década después, su ausencia sigue sintiéndose en las redacciones donde dejó huella.
En La Estrella de Panamá, donde trabajó durante siete años y fue editor de Nacionales y Deportes, sus antiguos compañeros destacan su disciplina y dedicación.
“Daniel siempre estaba ahí para mirar hasta la última coma de cada una de sus páginas. No se daba el lujo de tomar un día libre si no había quien lo cubriera, ni siquiera estando enfermo”, recuerdan con nostalgia. En la redacción, su figura sigue ligada al compañerismo, los consejos oportunos y esa capacidad de escuchar a quien lo necesitara.
Periodistas de El Siglo, que mantuvieron estrecha relación con él durante su trayectoria, también lo evocan como una persona respetuosa, generosa y comprometida con la libertad de expresión, un colega que valoraba la amistad y el oficio con la misma intensidad.
Su gente y su tierra, siempre presentes
La comunidad de La Pintada, el pueblo que lo vio nacer, no olvida aquel funeral que abarrotó la Iglesia Nuestra Señora de La Candelaria. Amigos, vecinos y comunicadores de Coclé y Veraguas se reunieron entonces para despedirlo entre lágrimas y oraciones. Durante las honras fúnebres, el sacerdote Martín Centeno instó a su esposa, Marlene Tuñón, y a sus familiares a buscar fortaleza en Dios para atravesar ese momento tan duro.
Sus colegas aún rememoran los tradicionales carnavalitos que Daniel organizaba cada año, donde compartía con orgullo las costumbres de su tierra y reunía a un grupo de amigos para celebrar y apoyar los gastos de la casa familiar en esas fechas. Y en la ciudad, participaba de las festividades que resaltaran las costumbres y tradiciones del país.
Un vacío
Rodríguez, quien siempre se presentaba a la redacción con un maletín que hacía pensar que era educador, nació el 11 de noviembre de 1960 y era el quinto de ocho hermanos.
Fue un profesional respetado, un amigo leal y un hombre profundamente conectado con su comunidad y con grandes dotes y conocimientos para el arte de la oratoria.