Caldera de cal chiricana

En la comunidad de San Juan del Tejar, corregimiento de San Pablo Viejo, en Chiriquí, se encuentran los hornos que desde hace 20 años funcionan para obtener cal de modo artesanal.

En la actualidad esta sustancia alcalina y cáustica, de color entre blanco y gris, se mercadea a 12 dólares el quintal, pero aumentará a $14 porque su costo de producción se ha incrementado.

‘En el invierno hay mucho problema para quemar la leña, se necesita mayor cantidad y que esté seca, la materia prima y mano de obra también se han elevado’, indicó Domitilo Castillo, único productor artesanal en Chiriquí.

Explicó que el proceso para hacer la cal consiste en mantener la piedra caliza durante ocho días en el horno, colocándole leña constantemente, de día y noche, hasta que la piedra se queme, primeramente la llama se observa de color rojo, luego se torna azul y al finalizar la fundición es rosada.

Al noveno día se procede a apagar el horno y se deja en reposo, luego de tres días ha caído a la parrilla toda la cal pulverizada, se recoge y se empaca. Agregó el productor que cada vez que procesa la piedra caliza obtiene un mínimo de mil 700 quintales de cal en polvo, esto representa un gasto de 3 mil dólares.

Francisco Pérez, trabajador en la producción de cal, manifestó que en el verano se le facilita el trabajo porque se usa toda la leña disponible, pues requieren 120 metros cúbicos de desperdicios de madera y de piedra caliza en un proceso que dura ocho días.

Jorge Montenegro, arquitecto, considera que la cal que produce Castillo tiene el 90% de pureza y es utilizada en la mezcla de cemento, porque le da mayor consistencia a los trabajos.

La piedra caliza utilizada para sacar la cal es obtenida de una mina de San Juan del Tejar, en San Pablo Viejo, David.

USO

Esta sustancia procesada es vendida a los productores de Divalá, Cerro Punta y Boquete, ya que es utilizada para eliminar los nematodos (gusanos) en la papa y el café, también elimina los malos olores de la gallinaza aplicada a los sembradíos.