Se acerca la hora de la verdad

Reitero, no sé ustedes, siento el mismo escenario... el mismo ambiente
  • viernes 03 de mayo de 2024 - 8:34 AM

El 7 de mayo de 1989 también fue la hora de la verdad. En aquella ocasión los ciudadanos salieron hasta debajo de las piedras para votar. Fue tanta la avalancha que era imposible esconder la decisión soberana del pueblo el cual le dijo no a Noriega y eligió a los tres candidatos de la nómina de la oposición.

Reitero, no sé ustedes, siento el mismo escenario... el mismo ambiente. La única diferencia es que para esa época fueron los militares quienes provocaron esa reacción del electorado y hoy son algunos civiles corruptos que pudieran mover a los abstencionistas a dar la cara este cinco de mayo. Hubo varios gritos de guerra el 7 de mayo de 1989.

El más famoso y que estampó la firma para la posteridad fue el que salió de la garganta de Eufemia Williams de ¡LOS VAMOS A AHOGAR! Otro, guarda relación con CoLiNa, Coalición de Liberación Nacional que postulaba a Carlos Duque Jaén quien era el candidato de los militares y del PRD. ¡Con CoLiNa, hasta la cortina, y así fue! También recordamos el ¡sácate el clavo!, de Cecilia Alegre.

Para esos tiempos hubo cálculos macabros para evitar la presencia del votante. Como el gobierno siempre ha controlado el transporte público, ese siete de mayo amanecimos con un servicio casi inexistente. Fue otro ardid para evitar la presencia de los votantes en las urnas.

Esa decisión tampoco les funcionó a los militares y al PRD. Por el lado de ese partido salían resultados de encuestas a favor de Carlos Duque Jaén, mientras que la oposición tenía sondeos reales donde la ciudadanía le daba un 70 por ciento de aprobación a los candidatos Guillermo Endara Galimany; Ricardo Arias Calderón y Guillermo Ford. Este último también elevó a los cielos otro grito de guerra... ¡ESTA VAINA SE ACABÓ!

En el orden de las papeletas en las mesas de votación las del PRD aparecían al lado de una estrella verde, distintivo de la Democracia Cristiana hoy partido Popular. En las elecciones de 1984 las cortinas de las urnas llegaban hasta el suelo para proteger los movimientos del votante.

El 7 de mayo de 1989 se cortó la tela lo que provocaba que los mirones pudieran percatarse de los movimientos. La papeleta del partido Liberal Auténtico estaba distante de la de la estrella verde. Este fue el partido que postuló al presidente Endara. En otra jugarreta los militares convencieron al arnulfista Hidelbrando Nicosia para que le robara al partido al doctor Arnulfo Arias Madrid, quien para esa fecha tenía casi un año de muerto.

En ese tiempo se dijo que los sapos o militares vestidos de civil estarían rondando las mesas para ver el movimiento de los pies del votante. Como el símbolo de la Democracia Cristiana, la estrella verde, era inconfundible y, además, estaba al lado de la papeleta del PRD, el votante no tenía que hacer mayor movimiento para inclinarse por la oposición.

Este cálculo de COLINA daba la impresión de que la gente estaba votando por el PRD cuando en realidad lo hacía por la estrella verde. ¡Y se cumplió el grito de con CoLiNa hasta la cortina! El gran ganador de este proceso fue la Democracia Cristiana, partido que sacó la mayor cantidad de votos y de legisladores.

Ese triunfo se convirtió en mueca en las elecciones de 1994 donde la estrella verde quedó estrellada con apenas un legislador. Y pudiera narrarles más, pero hago un alto. Este cinco de mayo, estoy seguro, se repetirá la historia de 1989... ¡los ciudadanos saldrán en masa a votar por los mejores! Abrazos.

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