“Quien da cariño, recibe cariño” decía Omar Torrijos Herrera; por otra parte, un viejo adagio expresa: “Respeta para que te respeten”. Quizás por esto están despertando los 5 gatos que se oponen a las bravuconadas y falta de respeto del licenciado José Raúl Mulino.
La imposición, independientemente de la posición o poder que pretenda representar, muchas veces es figurado. Recordemos que somos humanos y razonamos. Todos tenemos familia, parientes, amigos y vecinos, incluso los policías.
¿Cómo puede sentirse un policía que, bajo la condición de una ordenanza, lastime a otro ser humano? Máxime si sabe que aquella persona lastimada está en defensa del bienestar de los hijos o parientes del policía.
Un trago amargo, peor cuando llegue a casa y es cuestionado por su familia. Habrá pensado en: ¿Quién lo defenderá de una demanda? Recuerden que NO EXISTE LA DEBIDA OBEDIENCIA.
Se dice que Panamá, per cápita, es el país con más abogados, sin embargo, casi todos los gobiernos se pasan las leyes como servilletas de restaurante. En estos momentos la Ley 462 que impulsó el licenciado Mulino tiene serios perjuicios que la juventud y la población que aún no se percata.
La fecha para su implementación, en cuanto a las jubilaciones se refiere, lo empezarán a sentir dentro de siete (7) años, cuando su pensión sea quizás del 30% o menos, mientras que hoy es del 60% mas el 1.25 por año adicional de servicio.
Con el alto costo de vida, hoy casi no se vive con las pensiones recibidas, y son del 60%, dentro de 10 o 15 años, con un costo de vida más elevado y con una pensión reducida a la mitad, tendremos un país de menesterosos, pidiendo limosna para sobrevivir.
Por otra parte, se viola el Tratado de Neutralidad (artículo V), la Constitución y algunas leyes. La gran mayoría de los letrados en las nebulosas, esperando un “maná” inverso, producto de su dejar hacer; para eso existen las leyes, pero son pocos los que actúan. “Yo no vendo mi patria”. Dios te salve, Panamá.