- lunes 05 de enero de 2015 - 12:00 AM
La voluntad general
El no haber leído y, mucho menos estudiado, el pensamiento de Jean Jacques Rousseau (1712-1778) es uno de los vicios más imperdonables que acompañan a la gran mayoría de la denominada clase política en Panamá. Ese vacío los lleva no solo a hacer gala de una ignorancia inexcusable, sino también a cometer errores y horrores políticos con un desparpajo innombrable.
¿De qué otra manera podría explicarse la permanente aversión que manifiestan con sus acciones y pensamientos, hacia la voluntad general? Su desprecio por el bienestar general de la población, así como por la igualdad no son otra cosa que su rechazo al que ‘solo la voluntad general puede dirigir las fuerzas del Estado’.
El olímpico desprecio hacia la participación ciudadana que nos tocó vivir durante el pasado Gobierno, no ha hecho otra cosa que reafirmarse y prolongarse durante los escasos seis meses del actual. En su afán de fortalecer la partidocracia con prebendas y favores a los diputados, no ha dejado de ‘matraquear’ para mejor manipular y engañar. Y, nos ha querido hacer creer que, nombrando a un par de voceros de organizaciones ambientalistas y otras, pueden ocultar el inmenso témpano donde el nepotismo, el clientelismo y el electorelismo, cohabitan para proteger a los chupópteros del erario.
Así las cosas, sorprende ver a tanta gente sorprendida por la decisión presidencial de renombrar por diez años más al veterano magistrado del Tribunal Electoral, para que, al amparo de su palacete compita con los más repugnantes ejemplares de la otorra gerontocracia del totalitarismo soviético.
Y digo que sorprende ver que la gente se sorprenda de este y otros actos, dado que el actual regente del Ejecutivo, ha demostrado tempranamente ser una prolongación del otro, por otros medios. Dicho en términos bíblicos, los cuales hacen levitar a algunos, no hemos sino pasado de Herodes a Pilatos!
Los hechos, que son siempre testarudos, no nos dejarán mentir y se acumularán de tal manera, que la voluntad general deberá redoblar sus esfuerzos para que no la asfixie la demagogia de: ‘el pueblo primero’.
*Constitucionalista y catedrático universitario