De víctima a verdugo

El primer paso hacia la recuperación de una realidad violenta que pude experimentar una mujer es aceptar su condición de víctima. Dice la doctora Emilce Betunar " los lazos del amor convierte a la víctima en verdugo'. Esta paradoja se presenta cuando se vive situaciones de violencia de género y no pueden ver con claridad que el resultado del sufrimiento es producto de acciones ajenas a ellas y que siempre serán injustas y abusivas.

Estar atrapada con los ojos vendados viviendo violencia de género permite que las mujeres toleren el abuso por creerlos merecido por la falsa creencia que son productos de su responsabilidad, es cuando de víctima se convierte en su propio verdugo.

La violencia se manifiesta en forma cíclica y repetitiva causando daños en la mujer quienes experimentan sensaciones de inseguridad personal, dependencia emocional, angustia, depresión y ansiedad. El grado de afectación y su recuperación depende de cuanto esté fortalecida y requerirá toda ayuda legal, psicológica especializada para poder ver la luz y tomar las riendas de su vida.

Este ciclo se presenta en tres fases. La primera la acumulación de tensión, que se presenta ante un ambiente de inseguridad y peligro. Se pone la mesa para el escenario de agresión, siendo la segunda fase, cuando se presenta la acción violenta y se manifiesta de distintas forma: golpes, agresión sexual, insultos, descalificación, destrucción (se produce el daño). La tercera fase se puede dar ante un arrepentimiento del agresor, quien conquistará a su víctima en lo que se denomina la Luna de Miel.

Esta es una situación en la que muchas veces víctimas no son conscientes de su condición y necesitan apoyo, no de nuestra incomprensión, ni juicios.

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