Varela: ¿rehén de la Asamblea?

Juan Carlos Varela se alzó con la victoria en la pasada elección presidencial, para regocijo de 69% del votante panameño que votó contra el agente de Martinelli, que solo sacó 31% de los votos.

Habiendo tenido Varela el 39% de votos, su alianza solo sacó 13 diputados, es decir, el 18.3%, lo que genera una precariedad supina en la correlación de fuerzas en el Órgano Legislativo, no porque carezca de mayoría absoluta, sino porque para lograr conformar la Junta Directiva, con su presidente y vicepresidente, así como las directivas de las Comisiones Permanentes, se verá en la necesidad de negociar con su adversario tradicional, el PRD, o con su último adversario, el CD. Ambas bancadas con más del doble de diputados que la de Varela.

Con más diputados, cualquiera de estas bancadas, en un acuerdo, seguro exigirá presidir la Asamblea y las principales comisiones. Pero también está la posibilidad de que PRD y CD se alíen y dirijan la Asamblea, si no en esta primera legislatura, en alguna de año venidero.

También se puede dar que, con el estilo de manejo politiquero del presidente del CD, faltándole cinco diputados para tener mayoría absoluta, puede ya no comprar diputados, sino alquilarlos. Si suma esos cinco diputados pueden hacerse de directiva, comisiones y nombrar contralor, así como traficar influencias para ratificar a otros funcionarios que deben pasar ese trámite.

Como la totalidad de esos diputados han sido prácticamente unos filibusteros solo serían neutralizados si Varela les diera prebendas, pero prebendarlos es caer en corrupción y dejaría al novel gobierno en el desprestigio.

Varela está entre la espada y la pared. Ser rehén o no rehén de diputados filibusteros. La disyuntiva obliga a apegarse a principios sin juegavivo y, para salvar obstáculos, solo una Constituyente originaria, apoyada ampliamente por la sociedad civil y los ciudadanos independientes, que son mayoría del pueblo, es el camino.

* Exprecandidato presidencial