Más vale prevenir que….

Octubre llegó revestido de prevención y esperanza. Muchos con las manos juntas y el corazón puesto en “El Naza” apelan a los milagros, agradecen por aquellos recibidos y claman por mejores días. De este rosario de peticiones sobresale la salud y es de rigor. Tome en cuenta además que la “ayuda terrenal” se impone mediante exámenes y “chequeos” médicos regulares.

Desde hace unos años, la vestimenta azul-rosada envía mensajes de prevención contra el cáncer. Sin embargo, más allá de una prenda de vestir hay que poner lupa en el fundamento de la campaña. La enfermedad es implacable como lo es la lucha de científicos, personal médico, especialistas y sobre todo el paciente y su entorno familiar y de amigos.

Los tipos de cáncer varían y alcanzan hasta los lugares más recónditos de nuestro organismo, no distingue entre género, estatus social y otro tipo de características que pueda plantearse, así que, aunque suene a “disco rayado” priorice a ese ser que le acompaña a todas partes, que cree en su persona, que le quiere incondicionalmente y le recrimina de igual manera. ¡Estoy hablando de usted!.

Esa es su prioridad, pero segura estoy que egoísta no es, así que su interés de bienestar alcanza a los suyos, padres, hijos, parejas, compañeros y amigos. Haga cierta la palabra y convierta esa voluntad en acción, pues ya es conocido aquel refrán: “Más vale prevenir, que lamentar”.

Periodista