• martes 20 de diciembre de 2022 - 12:00 AM

Unas navidades inolvidables

Para las fiestas de fin de año, sin yo quererlo nos cruzan por la mente los recuerdos de ‘lo bueno, lo malo o lo feo' que vivimos 

Para las fiestas de fin de año, sin yo quererlo nos cruzan por la mente los recuerdos de ‘lo bueno, lo malo o lo feo' que vivimos en esas fechas. No niego que tuve navidades de plena opulencia, y otras en medio de total limitaciones.

Con especial interés conservo frescas en mi memoria, las imágenes de las anécdotas de las navidades de 1964, allá en Yaviza, Darién.

Yo tenía unos 8 años, y un viaje que pensé que era de un unos pocos días, se extendió por lo largo.

Vivíamos sin contar con agua potable ni luz eléctrica en La Quinta, y aun así esperaba entusiasmado unas navidad con regalos y las ricas viandas de la época.

Muy bien recuerdo que Doña Estebana Bermúdez, una señora muy respetada en la comunidad se le acercó a mi mamá pidiéndole ayuda para una fiestecita con ‘culey y galleta' para los niños del barrio.

Se improvisó una mesa de ‘bambú con pencas', y con unas pocas piezas se montó una hermoso nacimiento. El bullicio invadió el ambiente, más por el banquete que iban a servir, que por la celebración de la ocasión.

Esa noche cantamos, jugamos y escuchamos atentos, todos los relatos sobre el nacimiento del Niño Dios.

Hoy tengo que confesar que esa modesta reunión fue un verdadero banquete.

Tal vez les resulte exagerado, pero aunque no hubo el acostumbrado derroche de comida, colocados alrededor de ese belem, desde el inicio hasta el fin, el ambiente se colmó de felicidad y alegría sincera. Esa noche junto a Darío, Murrio, Deny, Pablo, Alonso, Tórtolo, y muchos otros pasé una de las navidades mis hermosas de mi vida.

A qué viene este relato tan triste? Intento llamar la atención sobre el despropósito que inspira estas festividades. Usted hacer lo que quiera con su plata, pues al fin y cabo es suya.

Pero, le aseguro que el pavo y el jamón que adornará su mesa, no le garantiza la paz que Usted y su casa necesitan. Si no aprendemos ser felices en las angustias durante todo un año, mucho menos lo seremos en las falsas abundancias, una noche al año.

ABOGADO