• miércoles 26 de junio de 2024 - 12:00 AM

Una sociedad bajo hechizo

Pueblo Sufrido González, tiene el apellido más común en su país. El 80 por ciento de la población se apellida así y, como cosa del destino, los males sociales que él sufre son los mismos que aprietan las gargantas de sus tocayos.

El asunto parece cosa de brujería, todo indica que los González están bajo el conjuro maléfico de los nigromantes enquistados en los poderes sociales.

El hechizo los tiene inmersos en una sociedad donde las medicinas son prohibitivas por sus escandalosos precios, donde el mérito está pisoteado por el amiguismo, la politiquería barata, los intereses personales y el oportunismo, donde no existe la ética profesional, donde reinan los antivalores, donde la miseria es aceptada como algo normal, donde la impunidad germina y da frutos reservados para los corruptos, donde existe, literalmente hablando, un apartheid en la educación, la salud y las oportunidades de trabajo y donde la minoría privilegiada baila y goza al son del lamento de los que nada tienen.

Pueblo Sufrido González voluntariamente se retiró a una ermita para meditar su futuro. Él es un lector empedernido y ha perdido la cuenta de cuántas veces ha leído el poema La Divina Comedia escrito por Dante Alighieri. Lo que sí tiene claro es que cada vez que lo lee, se toma el tiempo para cerrar los ojos, llenar sus pulmones de oxígeno y aguantar la respiración para luego soltar lentamente el aire que acompaña el deseo unísono de los González: “Ojalá que los hechiceros maléficos entiendan que abusar del pueblo y marginar a los necesitados es un pecado, que tiene una relación directa con el tipo de castigo que tarde o temprano recibirán”.

El asunto parece cosa de brujería, todo indica que los González están bajo el conjuro maléfico de los nigromantes enquistados en los poderes sociales.
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