- lunes 10 de junio de 2024 - 9:10 AM
Una crítica injusta contra el presidente Cortizo
Antes de entrar en el tema central informo que hoy a las diez de la mañana contaré mis experiencias sobre los 55 años que llevo con la epilepsia. Será en el auditorio Gil Blas Tejeira de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de Panamá. Es una actividad organizada por los estudiantes de Periodismo Científico. ¿Sabe usted que esta enfermedad aumentó durante la pandemia? ¿Sabe usted que la exposición irresponsable a la tecnología de la comunicación está incidiendo en la elevación de las estadísticas? Los espero hoy a las diez de la mañana.
Ahora, vamos al plato fuerte. No he tenido la oportunidad de visitar el despacho presidencial para comprobar lo que se dice en pasillos, medios y redes sociales. Sé que diagonal al escritorio donde despacha el mandatario existe una galería con pinturas que representan los rostros de quienes han ejercido la máxima magistratura de la nación. Cuando me tocó estar todos los días en esas oficinas, entre finales de 1989 y mediados de 1994, pude contemplar esos cuadros. Había una serie de críticas que provenía de los arnulfistas debido a que en ese lugar ocupaba un espacio el retrato de Omar Torrijos Herrera. En ese momento le dije al presidente Guillermo Endara que desoyera a sus copartidarios. “No podemos desconocer la historia reciente y allí está quien es actor principal de los últimos años”, le dije. Endara estuvo de acuerdo con mis pensamientos. Es más cuando le preguntaban en las conferencias semanales de prensa sobre el papel de Torrijos prefería guardar silencio por aquello de dejar vivir en paz a los que ya partieron.
Ahora, me informan que Laurentino Cortizo Cohen acaba de colocar el suyo en esa galería. La crítica destructiva se da por la forma en que está pintado ese cuadro. Allí aparece el mandatario con una mascarilla. Pienso que los ataques son injustos e innecesarios. La Iniciativa de Cortizo es correcta. A él le tocó dirigir los destinos en uno de los momentos más difíciles. Portar la mascarilla en esa pintura representa el drama, dolor, zozobra, llanto y sufrimiento por quienes murieron por la pandemia. No sé cómo hubiera sido el gobierno de no existir la COVID-19 o la guerra de Rusia contra Ucrania. Alguien dijo que aquellos presidentes en los tiempos de la primera guerra mundial o la segunda bien se pudieron mandar a pintar con una pistola o ametralladora para representar los hechos bélicos. Siento que comparar la realidad con ese pasado no cabe. Un presidente con mascarilla en la galería de mandatarios envía un mensaje que, durante el ejercicio del cargo, se van a presentar múltiples problemas. ¿Los supo Cortizo atacar con inteligencia y madurez? ¿Qué piensa usted?