Escribo este Dominguero a sabiendo de las diversas interpretaciones que le puedan dar mis amigos y adversarios. Me impulsa a escribir este dominguero mi edad, mi experiencia política, mis miedos y el amor por el terruño.Trump antes, durante y después de su campaña electoral, ha venido amenazando a Panamá y a su Canal. Amenaza con tomarlo a la fuerza si es necesario. Desconoce la historia del Canal y el espíritu nacionalista de los criollos, istmeños y panameños.
También tiene atemorizados con “los aranceles” a las potencias industrializadas y todas han terminado negociando y cediendo. China, Rusia, la Unión Europea y en el patio trasero México, Canadá, Cuba, Venezuela y Colombia. De forma pues, que Trump no está jugando con sus amenazas.
Trump a enviado a sus Halcones a negociar una “carta de entendimiento o acuerdo”, ya antes los Gobiernos panameños han firmado unos 20 “entendimientos o acuerdos”. Y el acuerdo reciente se ha realizado en medio de protestas sociales lo que ha confundido a muchos por la poca información y por las interpretaciones con matices ideológicos, lo que entonces con un gran oportunismo político, arroparon a las demandas sociales con el nacionalismo anti yanqui del patio.
Ese “entendimiento o acuerdo”, firmado por Mulino es correcto y es el seguimiento del “pragmatismo político histórico de los panameños desde 1903”. Mulino calma la furia de Trump sobre el Canal. La “calma de Trump”, nos da tiempo para buscar aliados para nuestra causa.
Pero lo firmado por Mulino, con bases o sin bases gringas, no nos ha quitado el Canal ni la Soberanía Panameña.
Lo que si me preocupa, es que los dirigentes de las protestas sociales: sindicales, magisteriales y opositores políticos de Mulino, no se percaten que la anarquía reinante y la zozobra nacional, son alimentos para que Trump justifique su intervención militar y se tome el Canal de Panamá, como ha prometido a sus electores gringos y lo peor, aplicando el Tratado de Neutralidad Permanente de 1977 y 1978, firmado por Omar Torrijos, al cual nos opusimos la muchachada universitaria con el no patriótico en las urnas de octubre de 1977.
Por eso, todos debemos decirle no a la anarquía del país. No a la intervención militar yanqui en Panamá y debemos apoyar con un SI al diálogo y a los acuerdos para no seguir exponiendo al país y a los panameños todos a vivir bajo los cañones del Imperio de USA.No sigamos jugando con la cadena del Gorila y recuerden que el Cristo es de Plata.
Pero lo firmado por Mulino, con bases o sin bases gringas, no nos ha quitado el Canal ni la Soberanía Panameña.
