- miércoles 19 de febrero de 2014 - 12:00 AM
Trompearon al loco, lo que nos faltaba
A 2 ½ meses de que se realicen las elecciones nacionales, al presidente Martinelli le meten su trompada en la boda de la hija del banquero y acaudalado empresario Alberto Vallarino Clément, exministro de Economía y Finanzas del actual Gobierno.
Martinelli se encontró su nariz sin hueco después de tanto rofiar, denigrar, insultar a todo el que se le antojó; cuando menos lo esperaba, y según cuentan asistentes a la boda, el diplomático y exembajador de Panamá en Washington, Jaime Alemán, le clavó su trompada por insultarlo.
No me alegra nada de eso, pero alguien se atrevió, lo triste de esta historia es que la figura de la Presidencia cae al sótano con semejante bochorno, ha sido el festín de la semana, caricaturas a más no poder, incalculables tuits generados en las redes, Facebook, correos, etc. Las redes sociales no han descansado y la prensa nacional e internacional dándose banquete con el hazmerreír generado por la más alta magistratura del país.
¿A dónde pensará Martinelli dejar a Panamá con tanto bochorno? Por donde pasa deja huella, qué pena para la pobre niña rica que el presidente del país le arruine la boda, una de las ilusiones más preciadas de una mujer.
Se supo además que en la misma boda se encontraba una amante de Martinelli de nombre Aurora, lo que motivó el retiro de la primera dama, según se publicó en las redes sociales.
Después del espectáculo boxístico de fondo, los demás invitados se sintieron con igual derecho que al rato se propició un nuevo tropel entre dos acaudalados empresarios más, Bolívar Bárcenas y ‘Tito’ Paredes, según se supo; entre los ricos también hay sus rakatakas y tienen su propio patio limoso, esto no es solo asunto del perraje y de los de a pie.
Señor presidente, usted no es un ciudadano cualquiera, usted es el representante de la Nación panameña y no puede darse el lujo de estar dando ese tipo de espectáculos. Los panameños nos merecemos respeto y el primero en ofrecerlo debe ser usted, quien no respeta a nadie no puede pedir respeto, porque se pierde la autoridad moral y política para exigirlo.
Nos adentramos a las elecciones de mayo y si esto que nos publican es el inicio del torneo, que el señor nos agarre confesados; los nacionales nos merecemos un dignatario que esté a la altura de las circunstancias y nos represente con dignidad, no mancille más el cargo que ostenta.
* EXSECRETARIO GENERAL DE LA CGTP