• martes 01 de julio de 2014 - 12:00 AM

¿Tiene cabida la decencia dentro del PRD?

El PRD se desmorona, y unos piensan que la salvación está en la alianza legislativa con los arnulfistas que se fragua

La lucha por el poder es inmisericorde. Tal como hoy está planteada la confrontación entre ‘las bases del PRD y su dirigencia’, podría decirse que a ellos les asiste la razón histórica y ética de las mayorías. En medio de esa controversia, ante la ausencia de ‘NAVARRO’, el reciente intercambio de ataques y señalamientos descalificativos, ‘MITCHELL’ y ‘BINI’ le han echado más ‘leña’ al problema, lo que por lo pronto cierra toda posibilidad a una ‘salida negociada’.

El PRD se desmorona, y unos piensan que la salvación está en la alianza legislativa con los arnulfistas que se fragua , y otros en la recomposición urgente de las estructuras y la dirigencia del colectivo. Ambas posturas no son irreconciliables, pues la alianza solo es aceptable, si responde a una visión estratégica que busca poner a flote al partido.

Conservar el poco prestigio político que le queda al partido, parce importarnos solo a unos pocos. De adentro y afuera se sigue repitiendo que entre Martinelli y nuestra dirigencia existieron y/o subsisten nexos polémicos, y la dirigencia solo alcanza a arroparse con el silencio comprometedor. Este es el momento de definir si es el ‘torrijismo’ o son las conveniencias personales las fuerzas que mueven al glorioso partido de Omar.

La política es un oficio que se enaltece, si se tiene una visión de grandeza hacia el futuro, una profunda sensibilidad social, y un respeto enorme por la gente y sus necesidades. Sobran dentro del PRD personas con estas cualidades, pero como poseen ‘discursos y no recursos’, en el ambiente reinante los votantes de seguro optarán por los liderazgos de maletines. Agrava la tempestad, que el PRD carezca de un espacio de discusión que a lo interno permita sepultar las mentiras y las conspiraciones, o condenar a la indignidad a los traidores. El diálogo entre gente decente tiene sabor a patria, y es capaz de edificar y construir para la eternidad. El diálogo con indecentes, huele a trampa y a corruptela, y solo sirve para llenar estómagos por un día. El PRD grande, ese que con reverencia es recordado en nuestros campos y caseríos, tenemos el compromiso de recuperarlo en beneficio del país.

* Analista y consultor político