• viernes 30 de noviembre de 2012 - 12:00 AM

La tacita de cobre

Bajo el principio de que Panamá es conformado por todo su territorio nacional, me queda una pregunta en el tintero: ¿por qué Colón siemp...

Bajo el principio de que Panamá es conformado por todo su territorio nacional, me queda una pregunta en el tintero: ¿por qué Colón siempre tiene que mendigar por atención? No quisiera pensar, ni por un instante, que esto tenga una connotación racista, o que sencillamente, aquellas personas que gobiernan el país sienten que la provincia es caso perdido y que cada centavo invertido es dinero botado. La verdad, aún recuerdo con indignación cómo hace un par de meses se trató de imponer la venta de los terrenos de la Zona Libre de Colón, como única opción para el desarrollo de obras en la costa atlántica.

La verdad, esto no es culpa de una sola administración, ya que han sido varios los gobiernos que han volteado la cara para evitar tener que dársela a una población desahuciada, que sobrevive en medio de la miseria, entre aguas negras y con los problemas sociales más complejos que enfrenta el país. Donoso, una de las áreas más pobres de la República de Panamá, y la ciudad de Colón, un relleno en fondo marino con más de 100 años de edad y ausente por décadas de un presupuesto de mantenimiento, son dos realidades que contrastan con la proyección que se le da a la entrada atlántica del Canal de Panamá, a la zona franca más importante de la región y a una de las áreas portuarias más competitivas de Latinoamérica.

Lo sucedido en Arco Iris de Colón, por tratarse de una obra del Gobierno, no debería tomarse a la ligera, son fondos públicos administrados por funcionarios que deben rendir cuentas y que han causado tragedia a familias panameñas. El ejemplo debe partir por casa. Cómo entonces el Gobierno Nacional puede juzgar a entes privados, como es el caso de los constructores de Prados del Este, Hato Montaña, entre otros, si no es capaz siquiera de supervisar obras públicas como el proyecto de Arco Iris, en Colón. Qué nos dirán en Curundú si esto llega a pasar, solo el costo de la publicidad política en estos desarrollos, podría ayudar de alguna manera a mejorar los controles de calidad y los estudios de impacto social y ambiental.

El solo hecho de tener que meterle la mano a las tierras de la Zona Libre de Colón o de pretender usar los ahorros nacionales, como es el caso del Fondo de Ahorro de Panamá (FAP), para atender las necesidades de Colón, es un tema inadmisible, tomando en cuenta que el país administra un presupuesto de Estado que supera los 16 mil millones de dólares.

*PERIODISTA

Últimos Videos