- martes 22 de agosto de 2023 - 12:00 AM
Subsidios estatales: ¿sirven para sobrevivir o prosperar?
En momentos difíciles, unos más que otros pero todos necesitamos ayuda. No hay problemas en aceptar que el Estado panameño subsidie la iniciativa privada, por ser el motor de la economía. Pero, muchos ‘arrugan la cara' cuando se trata de socorrer a los que padecen hambre, pues aducen que ese populismo oficial, sólo crea interminables filas de parásitos sociales.
En justicia, si se decidieran eliminar los subsidios reconocidos, que no se discrimine entre los ‘de arriba y los abajo'. Si es indispensable mantenerlos, algunas correcciones admite esa lógica que motiva esta especial forma de ‘filantropía estatal', pues se me ocurre pensar que en definitiva sólo los resultados podrían justificar su vigencia.
Si el subsidio empresarial no genera suficientes fuentes de empleo, entonces vale la pena revisarlo. Lo mismo ocurriría con los subsidios sociales, pues si con ellos no hay aumento en la calidad de vida, entonces; ¿para qué se otorgan? Es evidente que los recursos estatales (bonos, becas, vales, etc.) que se conceden sin las debidas capacitaciones que crean conciencia de su uso, a la larga se convertirán en dineros vertidos en un retrete, pues estos sólo calmarán el hambre, pero no incrementarán el sentido de dignidad personal.
Si por un lado tenemos una educación que desmotiva la superación del individuo, y por el otro las mayorías le tienen los ojos puestos a los subsidios, son casi nulas las posibilidades de que los sectores sociales se vinculen al desarrollo y progreso nacional. Por eso experimentamos una sensación de tranquilidad social, cada vez que se produce el comunicado oficial que prolonga la vigencia de los subsidios, pues tememos al estallido social que pudiera provocar su suspensión.
Sin embargo, serían más intensas las alteraciones que expe rimentaría el sistema, si los pobres abrieran sus ojos, y lucharan por recuperar su condición de respeto. Mucha sabiduría encierra ese pro verbio chino que enseña que ‘es preferible enseñar a pescar que entregarle un pescado al hambriento. Los subsidios podrían ser vistos con simpatía subsidios, si estuvieran asegurados sus resultados, pero los critico porque en la forma indiscriminada en que se otorgan, sólo sirven para favorecer al clientelismo y la su pervivencia en indignidad.
ANALISTA POLÍTICO