Semana atrás punteamos que el combate entre los profes —que salieron de las aulas para meterse al ring contra los estamentos— por la eliminación dela ley de la Caja de Seguro Social no tenía fecha de término y podía extenderse.
Ya pasó más de un mes y los gladiadores aún tienen energías para seguir en el ring tirando puñetes.
Durante este tiempo, los combatientes se han multiplicado. Han surgido nuevos grupos en zonas completamente alejadas, donde poco se ve en tiempo real. Los golpes van y vienen, y solo nos llegan los resultados de los enfrentamientos. De la comarca del Tabasará y la lejana Bocas del Toro, los costalazos han llegado hasta la provincia del Darién.
Son regiones muy apartadas y con necesidades de todo tipo. En una se pelea por los derechos de los bananeros, que se quedaron sin chamba a raíz de las manifestaciones iniciadas por los maestros y el gremio sindical de los trabajadores de la construcción.
Hay heridos en ambos bandos, y hasta sangre. Eso corre y vuela por las redes. En la ciudad, salvo el caso de la niña que recibió una pedrada en la cabeza cuando pasaba cerca de la zona de combate, no se han reportado incidentes graves.
Van semanas de peleas y desgaste, sobre todo para los que están abajo del ring, esperando que termine el combate para poder seguir, porque la vida no se detiene.
