Por allí un diario le dice al presidente Cortizo, Cabeza tibia. No sé cuál es la razón de este mote, pero con todo lo que ocurre en esta nación no comprendo ni atino a descifrar ese acertijo. ¡Y si él tiene la cabeza tibia, les aseguro que la mía está a punto de explotar con las acciones nefastas de esta administración!
Sé que algunos pensarán que estoy pasando los límites sobre las críticas que hago, mas, cómo debo comportarme frente a las decisiones en materia financiera. Hace poco conversaba con una fuente versada sobre la descentralización. Allí me pude dar cuenta de unas bellezas que para qué te cuento. Están usando nuestro dinero para fortalecer una empresa nacional de embotellamiento con el ánimo de ganar las elecciones del 5 de mayo de 2024, en la mayoría de los cargos. Están inflando las planillas en juntas comunales, alcaldías, instituciones del Estado, ministerios, etc. Y parte de lo que pidan prestado será para complacer a ese ejército de pachitas, botellas, galones y garrafones.
La fuente señaló que si se hace una auditoría sobre el manejo de los fondos de la descentralización más de uno tendrá que subir las escaleras del AVESA. Parece que serán muchos los representantes y alcaldes que caerán después del uno de julio de 2024. No podrán justificar las inversiones debido a que recibieron millones, pero destinaron menos del 30 por ciento para las obras. ¿Y dónde fue a parar el resto? ¿Acaso representantes y alcaldes no escarmientan con los procesos contra el loco mayor y otros ciudadanos?
Razón tiene aquella frase que dice: “El hombre es el único animal que tropieza dos y tres veces con la misma piedra.” Tengo una mascota que cuando salía por un lado de la puerta siempre era esperada por otra para iniciar pelea. Desde la primera experiencia evita salir por ese lugar. Y hablamos de una perra que de seguro es menos inteligente que representantes y alcaldes quienes vienen haciendo lo mismo. Después vendrá la lloradera cuando la justicia los alcance con su brazo largo.
¡Señor presidente Laurentino Cortizo, para mí, usted no pasó la prueba! Pudo dar ejemplos de austeridad; pudo manejar las finanzas con prudencia; pudo poner en práctica un plan agresivo de contención al gasto público, pero en su lugar se unió al grupo que solo sabe pedir para gastar sin orden ni ley.
Hablaba, al principio de su gobierno, de la década perdida. Con esa frase se refería a las administraciones de 2009-2014 y 2014-2019. No sé cómo calificar su media década. ¡Créame que no será con frases halagüeñas!
Aprovecho para pegar mi grito al cielo por la intención que tiene el gobierno de buscar mil 600 millones de dólares en los mercados internacionales. Y con la decepción más grande hacia este gobierno sentencio que… ¡tan irresponsables son los que piden, como aquellos que corren a prestar a sabiendas de cómo se han manejado las finanzas!