- lunes 01 de agosto de 2016 - 12:00 AM
Siempre me oyes
Miguel -mi hijo-, no habla: ¡GRITA! -‘Es que si no GRITO, no me oyen'-, me explicó una vez que conversé con él sobre su forma de hablar. Contrario a Miguel, hay Alguien de quien puedes decir confiado –como dijo Jesús-, ‘Yo sé que siempre me oyes'; es más, ‘todavía no tengo las palabras en la lengua, ¡y tú, Señor, ya sabes lo que estoy por decir!', pues ‘ni siquiera mi suspiro te es oculto' -dice la Escritura-. Pero, mira que ironía, ¡Él sí quiere que le GRITEMOS! Él quiere que le ‘llamemos a viva voz, a fin de llamar Su atención', pues eso significa la palabra CLAMA en el texto original. Sí, a veces debemos actuar como el ciego Bartimeo, que cuando ‘supo que quien venía era Jesús de Nazaret, comenzó a GRITAR y a decir: ‘Jesús, Hijo de David, ¡ten misericordia de mí!' (y) GRITABA con más fuerza'. ¿El resultado? Jesús le mandó a llamar y ‘le preguntó: «¿Qué quieres que haga por ti?» El ciego le respondió: «Maestro, quiero RECOBRAR la vista.» Jesús le dijo: «Vete, tu fe te ha salvado.» Y ENSEGUIDA el ciego recobró la vista'. ¿Qué necesitas RECOBRAR hoy… ENSEGUIDA? El Señor te decir: ‘CLAMA a Mí, y Yo te responderé; no importa qué tan difícil sea tu problema o cuán grande sea tu sueño: ¡GRITA… CLAMA! Dios está en el asunto, tiene cuidado de ti, no te mandará a bajar la voz, como solemos hacer nosotros con Miguel…y te RESPONDERÁ
JEREMÍAS 33:3 ‘CLAMA a Mí, y Yo te RESPONDERÉ…'