Sexo, mucho sexo

El hombre tiene muchos sueños, metas, aspiraciones. Quiere salud. En el sentido freudiano, quiere sexo, mucho sexo. Es el resultado de un sondeo de urgencia realizado en nuestra ciudad.

Cuando se trata del sexo, la sexualidad y la visión cultural, cuelgan por todas partes los estereotipos. La masculinidad es muy valorada. ¿Qué quiere un hombre? Hay una lista tan grande como aquella que se le dirige a Santa Claus, si bien, en líneas gruesas, aparece el sexo como una necesidad. Un varón de 81 años, reclama ser tomado en cuenta, ser valorado y ‘que mi mujer me escuche'.

Cada respuesta depende de la circunstancia y del individuo. Alguien pide una novia y otro indica que requiere escribir un libro.

¿Qué quiere un hombre?, esa es la pregunta. Ser respetado, amado, tenido en cuenta, pertenecer a un lugar, ser feliz, estar en armonía consigo y mi prójimo.

A otras fiestas no me invitan, ¿será que ya, or fin, me cancelaron? En el Bar Freud, estoy en primera fila, virtual, con la promesa de que, si me porto bien, podré aplicar para una tenida presencial con psicólogos, sicoanalistas y afines. En modo pandémico, lo he estado necesitando.

Un hombre desea gozar de un empleo, con la condición de no ser botado, ya que se sufre cuando no se tiene uno y se erosiona la autoestima. Quiere y necesita dinero; también para ser generoso con quienes le importa. No desea estar enfermo y sin dinero.

Quiere divertirse, bucear, cocinar, ganar; quiere poder y que su vida valga la pena, con metas y renombre.

Freud es un buen paraguas para abordar la materia. Austriaco (1856-1939), como médico neurólogo, estudió las afecciones mentales desde la vertiente psicológica, también por medio de la interpretación de los sueños.

Por patrones morales y/o culturales, la mujer debe fingir desinterés. En sondeo paralelo, se interrogó: ¿Qué quiere la mujer? Al igual que el hombre, quiere sexo, mucho sexo, precisa Samuel Pinzón, sicoanalista y presentador de los resultados en el Bar Freud.

PERIODISTA Y ACADÉMICO