- viernes 30 de abril de 2021 - 12:00 AM
Servicio
Dicen que los panameños damos mal servicio y que no sabemos atender público; con pocas excepciones vuelvo a escribir que mi experiencia ha sido favorable con meseros, dependientes o llanteros panameños. En pandemia me ha ido igual de bien, inclusive en mis compras por redes. He procurado apoyar a amigos y emprendedores. Dos o tres veces he tenido algún problema con el producto, pero ha sido resuelto inmediatamente sin discusión por lo cual me ganaron como cliente y los he recomendado ampliamente.
Primero me pasó con una pantalla, el plástico se soltó y sin dudar me la cambiaron por un modelo mejorado, además me la entregaron con una notita manuscrita disculpándose y con una pluma personalizada como regalo. Ante tal detalle los he recomendado varias veces. Hoy recibí una peineta española vintage que compré por Instagram a un anticuario y me llegó quebrada. Muy triste me comuniqué con la joven para contárselo y mandarle la foto, acto seguido me devolvió el dinero. Cero cuestionamientos, solo dijo algo así como ‘debió ser el empaque' y ya; cabe decir que me ganó como cliente y que la recomendaré a todos.
Atender público no es fácil, el secreto es sonreír y tratar de buscar una solución a cualquier problema que se presente y si no sabe cómo solucionar lo correcto es ser honesto y decirlo, pero agregando que va a hacer todo lo posible investigando y preguntado cómo solucionarlo, a veces simplemente no se puede, pero si el cliente está consciente de su esfuerzo se lo agradecerá.
EDITORA