Seguiré en mi cruzada por el entendimiento nacional

Ayer, una estudiante me preguntaba en la universidad por qué los policías lanzaban bombas. Le contesté que ellos no estaban impidiendo las manifestaciones, pero tenían órdenes de mantener las vías abiertas para que los terceros no se vieran afectados. Y eso está pasando a nivel nacional. Desde que iniciaron las manifestaciones, en el gobierno pasado y ahora, mis seguidores me exigen una posición vertical. No puedo atizar el fuego con gasolina, tampoco unirme al coro de los incendiarios. Es mi deber minimizar las pasiones y abogar por el diálogo y el entendimiento.

Hoy existen en la calle furia, ira, rencor, sed de venganza, pescar en río revuelto, aprovechar el momento para figurar o montarse en el potro de la discordia y las reclamaciones con el fin de obtener ganancias políticas.

No permitamos que se dé el desbordamiento de las pasiones. Ellas nos llevarán a estadios peligrosos con resultados nefastos. Cuando esto ocurre se pierde la serenidad; las emociones se adueñan de la lógica; el individuo actúa sin razonamiento... y replica lo que los otros hacen en la calle. Una persona sola, es muy diferente a cuando está influenciada por la sicología de grupo.

El desbordamiento de las pasiones provoca el nacimiento de la violencia y hace crecer los conflictos. Este fenómeno puede terminar en heridos, muertos y la destrucción de bienes públicos y privados. Las pasiones pueden generar la división en la familia; dificultan el diálogo constructivo y profundizan los problemas de la sociedad.

Durante este proceso la desinformación y manipulación suelen adueñarse de aquellas personas que nacieron para seguir y ser mandadas. Hace un par de años Nicaragua vivió los mismos escenarios que apreciamos. Después de heridos, muertos y destrucción el gobierno retiró el proyecto de ley que pretendía reformar la seguridad social en ese país. A pesar de ello, las manifestaciones continuaron. Allá era un gobierno de izquierda estremecido por los opositores de derecha. Acá, se trata de una administración de derecha criticada por varios líderes de izquierda.

¡Señores, la Patria viene dando tumbos financieros desde hace décadas... llegó la pandemia y la estocada fue mortal! Sumen los resabios de la guerra que mantienen Rusia y Ucrania. A esto le agregamos las amenazas de Donald Trump sobre nuestro Canal más el tema de la mina. ¿Hacia dónde vamos y qué debemos hacer? Pronto, conseguir dinero fresco en los mercados internacionales será más duro y con intereses y plazos leoninos y mientras tanto ¿qué hacemos? Nos enfrentamos entre hermanos en los momentos en que la nación ya no soporta más la paralización de las actividades y el cierre de calles.

¡Todos juntos busquemos las vías del diálogo; bajemos el tono del lenguaje y pensemos en el futuro de la Patria! Abrazos y que Dios nos bendiga.