• jueves 18 de febrero de 2016 - 12:00 AM

Sana, llénate de vida, rejuvenece

MI-SION: los ABRAZOS activan nuestro sistema inmunológico, alivian la depresión, reducen el estrés, nos energizan 

MI-SION: los ABRAZOS activan nuestro sistema inmunológico, alivian la depresión, reducen el estrés, nos energizan, rejuvenecen, y nos ayudan a comunicarnos mejor. Tal vez por eso, antes de hablar, el padre ‘ABRAZÓ y besó' al hijo pródigo. ¡Antes de que mediara palabra alguna…corrió a recibirlo con un ABRAZO! Ese ABRAZO sellaba la bienvenida, el perdón, olvido, la reconciliación que el padre le proponía al hijo malportado. Y, a propósito: ¡‘qué tire la primera piedra el que no se ha portado mal'! Lo buena noticia es que el Padre nos propone la reconciliación, el perdón, la bienvenida, restauración, sanidad, la salvación sólo a través de LOS BRAZOS extendidos de nuestro hermano mayor, Jesús. Sí, porque ‘el que tiene al Hijo tiene al Padre y nadie viene al Padre si no es por el Hijo'. Pero, para recibir ese perdón del Padre, ese ABRAZO: ¡debemos perdonar!; Jesús advierte: ‘si no perdonas a otros sus ofensas, tu Padre celestial no perdonará las tuyas'. Pero, además de cerrarnos las puertas de la casa del Padre, la falta de perdón también nos enferma físicamente; por eso, el Cancer Treatment Centers of America, recomienda perdonar…para sanar. Así que, por donde lo mires te conviene perdonar, reconciliarte, restaurar esa relación minada por el orgullo. ¡Deja los malos entendidos atrás! ¿El primer paso?: una buena ración de ABRAZOS. Inténtalo, y sana, llénate de vida, rejuvenece…sonríe de nuevo.

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