Ruta Colonial Transístmica de Panamá: Patrimonio Mundial

El 27 enero de 2024, Panamá entregó el documento final de la propuesta de la Ruta Colonial Transístmica de Panamá al Centro de Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), para su evaluación técnica en Icomos, que es el ente técnico evaluador de todas las propuestas presentadas al Centro de Patrimonio Mundial.

En su informe, aprobado el 13 de marzo de 2024 y entregado al Centro de Patrimonio Mundial, Icomos determinó que la propuesta estaba requiriendo, al menos, ocho subsanaciones, la cuales fueron publicadas el 7 de junio de 2024. Estos son los puntos que hay que resolver por parte de nuestro país: tener una sola entidad que otorgue protección legal a toda la ruta patrimonial; otorgar protección legal al Camino de Cruces y el Camino Real como patrimonio cultural; completar, adoptar legalmente e implementar el mecanismo de Evaluación de Impacto Patrimonial; completar e implementar una estrategia turística y de interpretación para la propiedad seriada, nominada en su totalidad; destacar y proteger el papel de residentes, comunidades locales, pueblos indígenas y otros grupos en la administración; continuar los trabajos de investigación, en particular las conexiones viales en Portobelo y el Camino de Cruces; e informar al Centro de Patrimonio Mundial de la intención de ejecutar o autorizar cualquier proyecto que pueda afectar el valor universal.

Siguiendo los acuerdos de subsanación con la Unesco, se aprobó en octubre de 2024 en la Asamblea Nacional de Panamá el instrumento legal 84, donde se declara Patrimonio Histórico de la Nación, el Camino de Cruces, el Camino Real y las ruinas de la Capilla de la Palangana. Esta ruta transístmica, desde el avistamiento del Mar del Sur por Vasco Núñez de Balboa en 1513, Panamá se convirtió en el eslabón de dos mundos; hecho que motivó la aparición de caminos que comunicaban la ciudad de Panamá con las ferias atlánticas.

La necesidad de comunicar ambos océanos hizo que la corona española ordenara un estudio de un canal a través del istmo en 1529; el primero en plantearlo fue Álvaro de Saavedra Cerón.