La división politiquera en nuestro tinglado está devaluada por culpa de trompadachines que en campaña prometen derrotar los problemas sociales y cuando llegan a la cima miran para otro lado, ignorando a la afición que los puso en la cima.
Tal es el caso de esos llamados independientes; en los primeros asaltos se han formado escaramuzas en esta misma cuadra. La lucha por el poder provocó hasta cambios de bando, la cosa está color de hormiga.
No han dado la talla y por los vientos que soplan, en el 2029 algunos se irán a la lona por sus actuaciones.
Pablo pueblo está enardecido porque le dio la derecha en señal de confianza, y al final algunos se dejaron llevar de veteranos mañosos en el tinglado de la 5 de Mayo.
Hablaron mucho y ahora deben soportar la andanada de golpes lanzada por Pablo pueblo, que está contra una esquina soportando la crisis del chenchén desde hace años.
Con sus silbatinas, la afición desaprueba el estilo de combate politiquero, reciben tremendas bolsas mensualmente y se olvidan de la afición que reclama una mejor calidad de vida y se siente al borde del nocaut porque todo se encuentra por las nubes.
El pase de factura está sonado fuerte, veremos qué pasa.
