• martes 20 de diciembre de 2022 - 10:39 AM

¿Quiénes fueron los culpables?

A los 33 años de la invasión

Hoy saldrán los archinacionalistas… los súper revolucionarios acusando a la oligarquía por la invasión a Panamá. Como cual búmeran debo confesarles que fueron ustedes, también, los causantes de un hecho cruento al apoyar las vagabunderías de un hombre que mató, traficó, mintió, robó y entregó la nación a poderes de diversas colores colonialistas.

Fue doble agente; no tenía reparos para dar órdenes criminales y aun así estos súper patriotas lo seguían y lo defendían. Hasta cuándo voy a mirar en la televisión a marionetas hablar de la invasión sin entrar en el meollo, en el centro del porqué. ¡Sí, murieron inocentes! ¡Sí, la Patria fue mancillada! Y pregunto ¿quiénes fueron los culpables? Aquí los retrato, de cuerpo entero… señalo a los civiles rastreros del Partido Revolucionario Democrático y a un puñado de militares que conformaban el Estado Mayor.

No jugaron su papel histórico y dejaron que el generalito hiciera y deshiciera con Panamá. La muestra de lo que digo la encuentro en las declaraciones que me hiciera ayer el expresidente de la república Ernesto Pérez Balladares. Desde ese 11 de octubre de 1968, pasando por los asesinados de Floyd Britton, Héctor Gallegos, el paquetazo o fraude de las elecciones de 1984; la detención, tortura y decapitación de Hugo Spadafora y la cancelación de las elecciones del 7 de mayo de 1989, todos estos hechos son emblemáticos… desde allí comenzaron a germinar los sucesos bochornosos que iniciaron en la noche del 19 de diciembre de 1989. ¿Y quiénes estaban en la mayoría de esos actos con los abanicos prendidos? Los civiles del PRD y los militares que actuaban a placer.

Esos son, para mí, los verdaderos culpables y vendepatrias, incluyendo, claro está a varios gobiernos de Los Estados Unidos. No vengan ahora con cuentos de pajaritos preñados.

¿Qué fue lo que dijo Ernesto Pérez Balladares después de la aplastante derrota del PRD y su candidato Carlos ´Duquibiri´ Duque en 1989? “Lo mejor es que ustedes reconozcan que ganó Endara, lo llamen y negocien una salida.” A renglón seguido Noriega le dijo a Carlos: “tu problema es ese gallote que tienes a tu lado”, obvio, refiriéndose a mí y “lo mejor es que te deshagas de él” Yo cerré mi maletín, me levanté y le dije: “no se moleste, yo me voy”. Y, me fui.

Tuve que irme a Argentina hasta principios de diciembre que se les pasara la rabia.  ¡Yo la pasé súper… ellos… no!” Con estas palabras Pérez Balladares sostiene que la invasión se pudo evitar. Como periodista agrego que la tozudez de Noriega y la posición pueril de civiles terminó de crear el caldo de cultivo para la masacre que arrancó en la noche del 19 de diciembre de 1989. En mis investigaciones puede comprobar que después de la salida de Pérez Balladares de esa reunión se planeó el atentado contra los candidatos ganadores y la cancelación de las elecciones con el argumento infantil de que no había seguridad en la nación para continuar con el conteo de votos. ¡AQUÍ ESTÁ PARTE DE LA GÉNESIS DE LA INVASIÓN… NO ME VENGAN CON OTRO CUENTO DE HADAS… POR FAVOR!

También conversé con uno que estuvo en el vientre de la bestia hasta principios de 1987. Me refiero al coronel Roberto Díaz Herrera. ¿Se pudo evitar la invasión?, pregunté. “Mi respuesta es Sí, se pudo y debió evitarse y se podía lograr. Paso a explicar:  Tuve un relevante, aunque siempre relativo poder de asesoría, al general Paredes luego que forzó la salida del coronel Florencio Flores- que pese a no ser político no se autonombró como "General". Paredes pidió el favor al presidente Aristides Royo de emitir un decreto, que se me ordenó guardar en secreto de un viernes al siguiente lunes. En ese documento se ordenaba la jubilación del coronel Florencio Flores. cuando Flores fue sorprendido y a mi modo de ver maltratado, sin merecer ese trato, siendo tan caballeroso. Testigos de estos hechos fueron los coroneles Contreras y Ayala. Lástima que ya no están con nosotros para reafirmar lo que digo.  Y esa misma medicina aplicada a Flores se la dieron a beber al coronel Armando Contreras a quien le tocaba sucedes a Paredes y no Noriega.” Como periodista debo explicar, para los que no lo recuerdan que Florencio Flores reemplazo al general Omar Torrijos luego de su muerte en aquel accidente misterioso cuando el avión se ´estrelló contra un cerro ´aquel 31 de julio de 1981´.

Volvamos con las respuestas de Díaz Herrera. Al ser sacado sorpresivamente Contreras, más antiguo que Noriega, éste ascendió a jefe del Estado Mayor y mi persona quedó como Sub Jefe. Paredes, contra mi voluntad como se lo expresé- pero en lo castrense simplemente uno cumple la orden o se va, Paredes me pidió ser "el nuevo G-2". Le dije casi literalmente: "Mira, ¿crees que Noriega me va a ofrecer todas sus informaciones a mí, sus relaciones secretas con la CIA, DEA, etc, y menos cuando sube de nivel? ¡Jamás! Paredes me dijo entonces: "Oye, con todo mi apoyo Noriega lo hará" Sabía que eso era imposible. Noriega no me iba a entregar su propio cuchillo; ya para entonces- y hay mucha información confiable en la Web- aún con Paredes de comandante por la época de 1982, ya llegaba el narcotraficante colombiano Pablo Escobar a Panamá y le guardaban sus aviones en los hangares del G-2 en Paitilla. Yo no lo supe sino años más tarde. ¿Lo sabría Paredes que estaba al mando de todo? No sé. Le agregué a Paredes que "me iba a sentar en la silla de Noriega por cumplir la orden y punto, nada más."

Un par de meses después Paredes me pide algo muy sensitivo: Que confirme o deseche las informaciones de que por Tocumen entraban muchas maletas de Colombia cargadas de dólares y que agentes de civil del G-2 las escoltaban a un banco en la avenida Federico Boyd. Era, lo sabía plenamente, averiguar si el lobo tenía dientes afilados.  Cumpliendo esa orden letal para quienes conocíamos a Noriega, solo tenía un oficial de ese nivel de confianza: el capitán Reynel González, que venía conmigo desde Chiriquí unos años antes. Era muy inteligente. Se asustó mucho con esa comisión. Pero le traté de dorar la píldora: "Mire, Tocumen es una cueva de caimanes; usted se demorará como un mes y lo van a interrogar mucho. Su "misión compartida" es que en vista de que se dan muchos asaltos a turistas que llegan con bastante dinero, usted solo va de mi parte a buscar "reforzar la Policía de Turismo", ya que hay informes de que agentes de aduanas del aeropuerto soplan a amigos taxistas al comprobar los que traen plata". Reynel, con razón, dudaba; pero me era muy fiel. Me asombró ver a dicho oficial llegar donde mi a las 48 horas con una sola frase: "¡POR FAVOR, MI CORONEL, NO SE META EN ESO!".

Con fuerza le pregunté y repregunté: "¿QUE NO ME META EN QUÉ REYNEL? Estamos cumpliendo una orden del comandante jefe. ¿Por qué ese miedo y esa cantaleta? ¿Qué le pasa; acaso no es el general Paredes el que impartió la orden? Y Reynel solo me repetía "no se meta en eso, por favor- y entonces me agregó, ¡lo van a matar!" Ese oficial, con ese tipo de miedo yo sabía que lo habían amedrentado, y que me estaba confirmando plenamente que esos hechos ocurrían. Dolorosa y misteriosamente Reynel González, aún joven y lleno de vida murió un par de días más tarde de una extraña "Embolia Cerebral". ¡Rarísimo y trágico!

Fui donde Paredes y le dije: "Mi oficial de mayor confianza ha llegado con tal terror que lo que deseas saber para mí es un hecho confirmado, aunque él no se atrevió a decirme. Ahora Rubén, con semejante pelota en tu cancha y tu jerarquía, te pregunto a nivel reservado, ¿vas a actuar? Me dijo: "Claro". Esos hechos podían y pedían mínimo una investigación interna respecto a Noriega y sus hombres, Recuerdo entonces que por teléfono intervino el abogado y ex procurador Rogelio Cruz y expresó, más para mí: "Roberto, te aclaro, yo aún no era abogado- es que traer maletas con cuantías de dinero para entonces no era un delito tipificado". Respondí: Comprendo, pero en cualquier institución como la Guardia Nacional esos son hechos que ameritan muy justificadamente mínimo una investigación interna. ¿Por qué agentes policiales escoltan dinero privado a un banco? Eso ya dicho es lo medular.

¿SE PUDO EVITAR LA CRUEL INVASIÓN MILITAR DEL 20 DE DICIEMBRE? SI, tomando una medida disciplinaria mayor. Esa invasión se produjo solo por los excesos y terquedad de Noriega. ¡Cuánto lamenté más por doña Elvira, esposa de Paredes y sufrida madre, que Noriega logró torvamente inducir a Rubén Jr. y Ameth, hijos de Elvira y Rubén Darío Paredes a entrar en el macabro juego del narcotráfico con el torvo asesinato de uno de esos muchachos! Los jefes  y oficiales que fueron los íntimos o cómplices del narcotráfico, son corresponsables no solo de los crímenes sino del narcotráfico y por ende también de las semillas de la invasión militar. ¿Por qué? Porque los caciques de Washington- así como se comprobó que en su campaña electoral "el Santito Ronald Reagan" negoció y vendió armas a "los terroristas que controlaban Irán, con el requisito de no soltar los rehenes estadounidenses retenidos en la embajada en Teherán con el régimen de Jimmy Carter, y esperaran su triunfo- toda una amoralidad-. De igual manera los de la cohorte norieguista conocían que la CIA, la DEA y el propio Comando Sur sabían todas las operaciones narcotraficantes de Noriega, y que tenían que someterse a las decisiones estratégicas de esos pro- cónsules de turno. George W. Bush padre, en los albores de la invasión, o sea cuando se recalentaron las cosas, sabía igual, que sus estamentos, que se había montado un mega laboratorio de procesar cocaína- que estando Noriega en viaje por Israel me tuvieron que enterar cuando un oficial "ignorante de esos arreglos", informó del hallazgo, y yo mandé a tomar videos y fotos para publicarlas, pero Noriega avisado de ello dio la contraorden de no hacerlo.

Tenía lo que llamamos chabacanamente un enorme culillo porque Pablo Escobar le mandó una sentencia de muerte contra Noriega, ya que él había pagado varios millones para montar los laboratorios y con la protección de Noriega. Pero los aviones que peinaban nuestra frontera con Colombia conocían y veían ese laboratorio. ¡Y silencio! Ya había un trato con Noriega y los carteles colombianos de que "narcotraficaran hacia USA como les daba la gana, pero mita y mita, para pagar con esa plata las famosas y muy conocidas luego operaciones de "La Contra", sus armas, sus sueldos, su logística. Al final los mercenarios combaten con el estómago y allí está aún Ortega muerto de risa. ¿Por qué los oficiales no me apoyaron en mis denuncias de junio de 1987? Por terror, pese a que ya eran muchos los que conocían que su comandante vergonzosamente era un vil narcotraficante internacional, un criminal, un maleante sinvergüenza. Solo cuando en junio y julio de 1987, con las acciones que encabecé, perdieron el miedo. Ocurrieron los alzamientos de Macías y su grupo y el de Giroldi y el suyo, pero confiados en las promesas gringas de apoyo, que nunca llegaron. Ambas fueron huérfanas de calor popular, a diferencia de mis denuncias.

Finalmente hay una pregunta del billón: ¿Por qué luego que Bush padre, ya presidente, le envía un salvavidas a Noriega y le envía al viceministro- Michael Kozak a rogarle a Noriega que renunciara y permitiera un relevo ordenado en la Comandancia este no tomó ese salvavidas que le hacía ir hacia España como asilado, mantener sus riquezas en dinero y posesiones? Hay varias teorías. La mía es que el grupito con influencia, una especie de "Estado Mayor Especial" (los viejos no mandaban), y esto me lo compartió Rómulo Escobar ya muy enfermo, "le impidió aceptar e irse" por miedo a los nuevos mandatarios, sobre todo a Arias Calderón, Con esos oficiales-conocidos y varios vivos- dieron paso de antemano a acciones estadounidenses que terminaron en esa barbarie que fue la invasión militar.”

En ese conversatorio con Díaz Herrera saltó la pregunta si fue atinado armar a los civiles en ese grupo conocido como los batallones de la dignidad. Su respuesta: “fue un acto demasiado irresponsable, por la potencia ilimitada de fuego y poder de los gringos, y porque en mi opinión ni un 10% de esa gente era capaz de resistir mínimamente el poder mortífero de la maquinaria bélica y se convertían en simple carne de cañón.” Y en eso tiene razón Díaz Herrera, convirtieron a muchos civiles batalloneros en carne de cañón frente a las armas sofisticadas de los grintos.

Cierro este comentario con una reflexión la cual escribo con mayúscula… ¡TODOS SABEN LO IMPARCIAL QUE TRATO DE SER EN MIS ESCRITOS! BUSCO POR AQUÍ Y POR ALLÁ PARA CONCLUIR QUE LOS CULPABLES DE ESTA INVASIÓN ASESINA SON LOS ESTAMENTOS GUBERNAMENTALES DE ESTADOS UNIDOS, LOS MILITARES INDIGNOS DE PANAMÁ QUE NO SUPIERON JUGAR SU ROL NACIONALISTA Y LOS CIVILES DEL PARTIDO REVOLUCIONARIO DEMOCRÁTICO QUE APROVECHARON LOS ESPACIOS PARA NO PERDER SU CUOTA DE PODER Y LA FORMA DE CÓMO ENRIQUECERSE.

¿Tendrá alguna responsabilidad la oposición que luchó por triunfar en las elecciones? Es posible que sí. Hay una leyenda urbana donde se afirma que un opositor fue el que pidió o hizo lobby para solicitar la invasión. En mis investigaciones descubrí que quien la solicito fue un hombre ligado al PRD, empresario millonario quien se asqueó de todo lo que hacía Noriega con la complicidad de los políticos perredianos. ¿Cuál fue el papel de Endara? Antes de las elecciones y sin pensar que iba a formar parte de su círculo cero le pregunté… ¿Qué elegiría usted… una invasión o que Noriega siga reinando en el país? Recuerdo que Endara tragó fuerte; se llevó una mano a la otra, para decirme… “¡Me la pones dura; pero de manera categórica te expreso que como nacionalistas prefiero a que Noriega se quede!” A pesar de los radicales, debo confesar que Endara sí fue un nacionalista a pesar de cómo tomó posesión del cargo. Los tres candidatos fueron rehenes de los gringos a partir de la tarde del 19 de diciembre de 1989. No se podían comunicar con nadie y fue en un lugar del territorio controlado por los gringos donde le propusieron que tomara posesión del poder que le dio el pueblo aquel 7 de mayo de 1989 de lo contrario Estados Unidos impondría un gobierno de ocupación en Panamá. Todo esto es parte de la historia y no me vengan con cuentos chinos. Lamento la muerte de tantos inocentes, en especial, aquellos que creyendo defender una causa justificada lo que hacían era defender a unos militares y políticos corruptos. No quiero cambiar lo que hay en su mente, pero sí le pido que hagan un análisis de lo pasado y al final expresen, con franqueza, por qué se dio la cruenta invasión. Abrazos y aprovechemos el día para reflexionar, como se debe.

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