• lunes 31 de julio de 2023 - 10:25 AM

Profesor Hernández: Lombana acabará con el monopolio de los medicamentos y creará 200 mil empleos

Algunos se agarran de aquella oportunidad donde le sirvió a la Patria como funcionario del servicio exterior. ¿Acaso eso es pecado?

Ayer estuve allí, en la proclamación de Ricardo Lombana como el séptimo candidato presidencial proveniente de partidos políticos. En el lugar se respiraban estados de ánimos de felicidad genuina. Conversé con varias personas que portaban los distintivos del Movimiento Otro Camino. Todas me expresaron que se encontraban allí por convicción, por un gran deseo de contribuir al cambio real. Mientras en algunas organizaciones se movían a la gente con obsequios, prebendas y hasta dinero… lo que viví este domingo me llenó de satisfacción y de orgullo. Ricardo Lombana, el mochilero, se lanzó, primero a la aventura de buscar la presidencia por la libre postulación. A principios de 2019 llegó raspando a la tercera casilla y se convirtió en el candidato independiente más votado en esas elecciones. En esta ocasión se repite ese fenómeno. Es el último candidato partidario en ser reconocido como aspirante oficial a la silla presidencial. ¿Acaso se repetirá la historia de 2019 donde siendo el último de los independientes quedó de primero? Recuerden que en ese mayo de 2019 alcanzó la no despreciable cifra de casi 400 mil votos, por encima del candidato panameñista. ¿Algo nos quiere decir el destino?

¿Qué buscan los opositores para denigrarlo, minimizarlo… opacarlo? ¡Nada, no hay nada! Algunos se agarran de aquella oportunidad donde le sirvió a la Patria como funcionario del servicio exterior. ¿Acaso eso es pecado? ¡NO y NO! Vivimos en un país donde la gente tiene como deporte descalificar resaltando lo malo y escondiendo lo bueno. Eso desdice mucho de lo que tiene y debe ser una persona correcta. El camino emprendido por Ricardo Lombana ha sido difícil, duro. Hay los que lo critican por representar al poder económico cuando es sabido que costean los gastos que implica este movimiento con los aportes de sus miembros, quienes creen en MOCA. Esta condición le permitió ayer arremeter contra todos los sectores, tanto políticos como económicos, que tienen a Panamá postrada. Prometió acabar con el monopolio de los medicamentos y la creación de 200 mil empleos a través de incentivos a través de la micro y pequeña empresa. Lombana criticó a los políticos que han permanecido en el poder sin variar su comportamiento. ¿Cómo prometen cambiar si estando en el poder permitieron las mismas prácticas que tienen a esta nación acorralada por la corrupción, la delincuencia y el criminal endeudamiento? ¿Cómo prometen acabar con el narcotráfico si en el vientre de este gobierno se esconden muchos que están detrás de esta actividad ilícita?

Y mientras Lombana hablaba ese público emocional no paraba de aplaudir… de gritar a favor de su triunfo. Y es que allí estaban representadas personas de todas las edades, de diferentes capas sociales reconociendo el esfuerzo de su candidato. Lombana ha jugado una carta muy interesante. Reservó casi la mitad de los cargos a elección popular para que sean llenados por aquellos candidatos que fueron reconocidos como tales y por los que no pudieron subir la loma. Es decir, un candidato podrá aparecer en la papeleta independiente y también en la del Movimiento Otro Camino. Es una estrategia magistral… serán miles de personas buscando votos para esta organización política y también para ellas. Si nos vamos a las matemáticas simples podemos deducir que Lombana tiene una oportunidad de oro para ser el vencedor de las elecciones del 5 de mayo de 2024. Haga un ejercicio con números fríos y saque sus propias conclusiones.

A continuación, parte del discurso de Ricardo Lombana para que sea sometido al escrutinio y análisis de mis seguidores… “Ha sido una gran historia, una historia muy emocionante. Esta historia no se trata de mí, ni de Otro Camino. Se trata de un esfuerzo colectivo sin precedentes que cambió el panorama de la política panameña en 2019 y como si fuera poco, logramos darle continuidad, organizarnos y presentar hoy una sólida oferta electoral para cada uno de los puestos de elección popular. Esto se logró a pulso, con convicción y compromiso, con muchos sacrificios. Esto se logró sin clientelismo, sin regalos, sin jamones, sin plata y sin aprovecharse de las necesidades de un pueblo que ha sido maltratado por sus políticos. Esto se logró con el convencimiento de que queremos, necesitamos, cambiar Panamá, y para cambiarlo ¡hay que participar! ¡Y aquí estamos!

Hoy debemos pensar sobre todo en nuestros niños y jóvenes. Por ellos y ellas debemos reivindicar la felicidad y el bienestar como el  fin último de toda política.  Y sí, claro que se trata de felicidad, porque a lo largo de estos años he podido conocer de primera mano qué es la felicidad para nuestra gente: Felicidad es para Severiana de Vista Hermosa trabajar dignamente y tener comida en su mesa para sus hijos y nietos. Felicidad es, para Rosaura, que está próxima a graduarse de administración pública aduanera, conseguir trabajar en lo que le gusta sin deberle nada a nadie ni rogarle a un político para conseguir empleo. Felicidad es para Luis, dueño de un negocio en Curundú, no sólo llegar a fin de mes sino poder contratar a uno o dos empleados que lo ayuden. Felicidad es para todos los padres y madres del país tener acceso a una educación digna para sus hijos y felicidad es para todos los trabajadores panameños ser remunerados y respetados en sus derechos como se merecen. Felicidad es tener la seguridad de salir a la calle sin miedo, felicidad es contar con instituciones de salud dignas y también, felicidad es vivir en un país que no trate a las personas con discapacidad como ciudadanos de segunda categoría. Felicidad es un Panamá en el que las personas sean reconocidas y tengan oportunidades por su propio valor, dignidad y esfuerzo y no porque apoyan a un político.

Somos conocidos por la utilización de nuestros recursos naturales de manera inteligente y eficiente, generando oportunidades para toda la humanidad, acercando personas, productos, combustibles, medicamentos, y todo aquello que pueda ser transportado. Utilizando la frase del gran grupo panameño Afrodisíaco, Panamá ha sido a lo largo de nuestra historia, Puente, Puerto y Puerta, para gran parte de la riqueza del mundo. Es nuestro destino, es nuestra vocación. Ahora, tenemos un gran reto y una gran responsabilidad, debemos evolucionar para cuidar esos recursos naturales que nos permiten ser un país de unión, un pueblo que se acerca. Llegó el momento de pensar cuál es ese gran sueño que nos representará en el mundo en los próximos 100 años. Cuál será el nuevo Canal de Panamá y cómo cuidamos lo que tenemos hoy. Vivimos en una región tropical pero las lluvias escasean, explotamos un canal de agua dulce pero nuestros ríos se están secando.

El cambio climático no es una amenaza futura, es una realidad que nos condiciona día a día. No hay ni habrá proyecto político moderno y válido para Panamá que no se centre en el cuidado de nuestro patrimonio natural. No podemos pensar en salud sin aire limpio ni agua potable, ni en turismo sin espacios naturales protegidos. No hay sostenibilidad en el futuro de ninguna actividad económica si no cuidamos nuestros recursos. Esto no se logra con proyectos de minería a cielo abierto que amenazan a nuestras comunidades. Nuestro compromiso ambiental es real, estamos en contra del contrato minero y de la creación de enclaves en nuestro territorio así como nos oponemos a nuevos proyectos mineros. No somos ambiguos, no tenemos conflicto de intereses. Nos negamos a pensar que el único progreso posible, sea a costa de nuestra biodiversidad. Desarrollo económico sí, pero no a cualquier costo.

Tenemos que entender que esta biodiversidad es nuestra principal fuente de riqueza. Panamá, es uno de los tres países en el mundo que se considera carbono negativo, y eso puede ser una gran fuente de ingresos. Tenemos 30 años de experiencia canjeando pequeños montos de deuda externa para financiar actividades ambientales. Podemos ser mucho más agresivos  en acciones de canje de deuda por acción climática en nuestro territorio. Hay muchos países dispuestos a este tipo de transacciones. Esto nos permitiría reorientar esos recursos a actividades como reforestación, educación, energías limpias, agricultura orgánica, ecoturismo y otras.

El otro gran desafío que tiene el país, y la humanidad, es la pérdida de confianza en la democracia. El apoyo a la democracia en Panamá ha caído desde el 75% al 35% entre 1996 y 2021. Quienes nos han gobernado en estos 25 años, nos han drenado económicamente, y nos han desprestigiado, dentro y fuera del país. ¿Cómo no se iba a perder la confianza después de lo que han hecho con nuestro país? Por eso necesitamos dar un vuelco definitivo…un revolcón, como dijo el aspirante presidencial José Salvador Muñoz en 1994. La política debe volver a dar soluciones, pero sobre todo volver a dar esperanza y razones para creer. Creer en nosotros mismos, creer en un Panamá mejor y poder convencer de que la democracia es el mejor sistema de gobierno que ha diseñado el ser humano.

Quienes creemos en la democracia debemos comprometernos con un cambio definitivo. Basta de los mismos de siempre rodeados de sus peores aliados diciéndonos que vienen a cambiar los problemas de un país que ellos gobiernan hace no 5, ni 10, ni 15 años, sino 40. Ellos son los responsables no sólo de la realidad que vivimos sino de los bajos niveles de confianza en nuestras instituciones. Solo basta ver el mapa político de nuestra historia reciente, para ver quiénes se han alternado el poder, una y otra vez ¿Nombres distintos? Sí, algunos, pero los mismos aliados, las mismas camarillas, los mismos compinches y los mismos acuerdos de recámara. ¿Y todavía tienen el tupé de pedirnos que hagamos alianzas con ellos? No señores, nosotros venimos a cambiar Panamá, no a garantizarles sus negocios ni sus cuotas de poder.

La corrupción y el deterioro institucional, es un tema que nos desvela y que explica mi historia política. Ahora vemos que los mismos de siempre, los que se amparan y esconden en fueros, los que participaron de gobiernos con funcionarios condenados, los que defienden a las empresas que corrompen, decir que van a combatir la corrupción y al estado clientelista. Si yo les creyera, me alegraría que integren nuestras ideas a su accionar político, pero como su historia habla más de ellos que sus promesas, permítanme desconfiar.

Nosotros sí lo haremos. Pero para desplazar a los corruptos, para desmantelar el Estado clientelista, es urgente realizar reformas profundas en los tres poderes del Estado, y estoy seguro de que contaremos con el apoyo de una población cansada de las burlas y las mentiras Gobierno tras Gobierno.

Es urgente garantizar la transparencia y la rendición de cuentas en los tres órganos del Estado. Tenemos que estar seguros de que nuestras instituciones estén en las mejores manos,  con gente valiente, profesional e idónea, con gente honesta, que en Panamá abunda. Abundan los funcionarios públicos comprometidos con su trabajo que solo esperan ser tratados con dignidad y respeto, y que sus esfuerzos sean reconocidos, por sus méritos, y no por sus vínculos políticos. ¡Que nunca más se le pida a nadie que aspire a un puesto de trabajo en el Estado la constancia de inscripción en un partido político!

Los organismos de control y fiscalización, como la Contraloría General de la República, deben tener garantizada su independencia política. La elección del contralor debe ser por un período mayor al del Ejecutivo y por una mayoría calificada. La ASEP debe cumplir su rol de supervisión y garantizar la eficiencia de los servicios públicos.  Basta de pagar tarifas eléctricas altísimas por un servicio de mala calidad, o que se recibe a medias.

Enfrentamos retos enormes: la desigualdad y el desempleo, la inseguridad y la violencia generalizada, la precaria atención en salud y en la educación, la falta  de medicamentos y de agua potable. Pero en cada uno de estos retos, vemos una oportunidad. Una oportunidad para hacer las cosas de manera diferente, para hacerlas mejor.

Una nación rica, porque eso es lo que somos, una sociedad que mueve miles de millones de dólares por año no puede darse el lujo de que 200 mil personas padezcan hambre y de que 100 mil niños menores de 5 años sufran malnutrición como ha dicho un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Para que se hagan una idea nuestro presupuesto para 2024, es de $32,754 millones y aún así tenemos 100 mil niños con malnutrición.

Esto solo se resuelve con un trabajo digno, como se merecen todos los panameños!! Debemos garantizar empleo. El 80% de los empleos de este país lo generan las micro, pequeñas y medianas empresas, y apoyarlas será parte central de nuestro plan de reactivación económica. Hay miles de empresarios en todos los rincones del país esperando ser apoyados con financiamiento, asesoría y acompañamiento. Muchos recursos que hoy mantienen al Estado clientelista serán dedicados a impulsar el desarrollo y creación de miles de nuevos empresarios. ¡Para eso queremos ser Gobierno!

De qué sirven los esfuerzos y desvelos de nuestros jóvenes por educarse, si a pesar de ellos no logran tener un trabajo digno, no logran acceder con sus ingresos a una vivienda digna, no logran el respeto de una sociedad como profesionales jóvenes, que lo único que quieren es insertarse para aportar su talento y su energía. Por eso hemos diseñado un plan para crear más de 200 mil empleos, potenciando cuatro áreas estratégicas de nuestra economía: logística, puertos y marítimo; construcción; turismo y sector agropecuario, lo que nos permitirá reactivar la economía y ¡devolverle la esperanza a nuestra juventud! ¡Para eso queremos ser Gobierno!.

Así como nuestros jóvenes han sido olvidados, también lo han sido nuestros adultos mayores.

Si las expectativas de vida se van alargando tenemos que poder vivir más pero vivir bien. Se hace urgente lograr un acuerdo nacional tal como han hecho en otros países, para garantizar jubilaciones y pensiones dignas. La solución debe contar con el mayor consenso nacional posible y como mínimo: Garantizar una pensión básica a la población más vulnerable que le permita afrontar con dignidad su vejez;  garantizar que el sistema de pensiones sea sostenible y no comprometa a futuras generaciones; garantizar que los aportes de los contribuyentes sean usados exclusivamente en su jubilación, y sean inalienables, intangibles e inembargables; la CSS debe primero sanearse, erradicar el clientelismo, dejar de ser botín político y garantizar su eficiencia.

Y qué decir de nuestras mujeres, de la valiente mujer panameña.  Porque este país en buena medida lo cargan las mujeres. Sacan adelante a sus hijos contra viento y marea, y no reciben ni los apoyos ni la protección que demandan. Es inadmisible la violencia machista que estamos viviendo. Las mujeres estudian, las que más, trabajan y aportan cada día para tener el país que tenemos. Deben tener seguridad física y económica. Merecen ser felices.

La inseguridad y la violencia generalizada son una nefasta consecuencia de una política que se olvida de los problemas de la sociedad y empuja hacia los bordes a muchos panameños. Jóvenes la mayoría.

El  narcotráfico ha logrado penetrar en las instituciones, y tenemos que frenar su avance. Vamos de frente contra el crimen organizado y las bandas criminales iniciando una depuración continua de las instituciones de seguridad de nuestro país, y de todos los órganos del Estado que se encuentren “infiltrados”.

Llevaremos ante la justicia a aquellas personas que desde adentro de nuestras instituciones, están al servicio del crimen organizado. El gobierno no puede combatir el crimen si el crimen está en el gobierno. Hay que limpiar y vamos a limpiar. Vamos a devolverle el país a los panameños. Basta de este secuestro.

Nosotros vamos a proteger a nuestros ciudadanos y defender la dignidad de todos aquellos funcionarios públicos, que son la mayoría, que trabajan por el bien del país. ¡Para eso queremos ser Gobierno!

Por más de 30 años hemos tenido gobernantes que han preferido hacer negocios con tu  salud y con tu vida. Tu salud es un derecho, no un negocio. Vamos a desplegar una batería de medidas para terminar con el “no hay” de los medicamentos: farmacias comunitarias, compras conjuntas con otros países de la región, importación paralela de medicamentos para romper con los oligopolios, y además daremos incentivos para que la industria farmacéutica se desarrolle en el país.

No puede haber salud con basura en nuestras calles y aceras, con “pataconcitos” en nuestras comunidades. El problema de la basura es incompatible con un país que apuesta a la sostenibilidad ambiental y al turismo. Vamos a solucionar el problema de la recolección, disposición y transformación de los desechos sólidos a nivel nacional, con amplia participación de los Municipios, y de acuerdo a los más altos estándares internacionales. La Autoridad de Aseo debe convertirse en una entidad normativa, con la obligación de asesorar y acompañar a todos los municipios.

Y  no podemos dejar de mencionar educación, educación y más educación. ¿Cómo podemos apostar a reducir la pobreza, la desigualdad, a crecer económicamente, atraer bienestar a la población, si no estamos apoyando a nuestros niños, nuestros jóvenes y nuestro futuro? No podemos seguir teniendo una educación para las ciudades y otra para las comarcas. ¡Nuestros pueblos originarios demandan educación de calidad, salud de calidad, agua de calidad! ¡Es inmoral la situación de abandono que vemos en las comarcas!

Transformaremos el sistema educativo empezando por la escuela Normal Juan Demóstenes Arosemena de Santiago, la cual convertiremos en el más moderno centro de formación docente de la región. Y convocando a los mejores, formaremos a la nueva generación de docentes de Panamá…formaremos para el futuro…que ya está aquí y nos ha quedado atrás…atrás en ciencia, atrás en tecnología, atrás en inteligencia artificial, atrás en investigación… y en las carreras y profesiones que demanda el mundo de hoy…

Este camino, que empezó en 2019 con cientos de miles de personas que nos dieron su firma, su apoyo y después su voto, siguió con esfuerzo y compromiso hasta convertir la candidatura presidencial en un movimiento y ese movimiento en un partido.

Con gente buena, como la hay y mucha, que viene desde fuera de la política, y también gente  valiosa  que viene de otros partidos políticos, porque hay mucha gente buena en los partidos también. Hoy podemos decirle al país que tenemos cientos de candidatos de la más diversa procedencia, pero todos compartiendo un mismo objetivo y postulándose por el movimiento organizado de los ciudadanos independientes de este país.

A este gran conjunto de candidatos a la asamblea, las alcaldías, a representantes, debemos sumar un gran equipo de prestigiosos profesionales que hoy nos acompañan. Quienes tienen como labor no sólo la elaboración de las propuestas que hemos venido presentando sino que también nos asesora a mí y a cada uno de los candidatos del movimiento. Porque una obligación que tenemos quienes aspiramos a dirigir un país es rodearnos de los mejores pero para escucharlos. Panamá tiene un talento enorme, pero la política no ha estado acostumbrada a escuchar.

No podemos decir que venimos a cambiar la política panameña y no hacerlo con desprendimiento y visión de futuro. Estamos convencidos de que llegó el momento de los independientes a Panamá. El tiempo de todos aquellos que hoy se identifican con una forma distinta y desinteresada de hacer política. Es por eso, en un gesto que quiero agradecer al partido, que hemos reservado casi un 50% de las candidaturas para poder llegar a acuerdos con otros candidatos independientes. Eso ha significado un gran desprendimiento de candidatos y candidatas que han caminado con nosotros y aceptan deponer su aspiración para que todos los independientes lleguemos a un acuerdo que haga de nuestra oferta la mejor oferta electoral. No se trata del poder por el poder mismo, se trata de cambiar el país y para ello hay que comprometerse con los cambios, incluso cuando implica ceder cargos, posiciones o candidaturas. ¡Tenemos que cambiar la Asamblea! Los independientes somos más, pero unidos. Otro Camino es la casa de los independientes, un instrumento que nos une y nos proyecta. Gracias a los miembros y simpatizantes del partido por entender que por encima de las aspiraciones personales está el país, gracias por hacer todo lo que está a su alcance para llegar a los acuerdos y las alianzas que la ciudadanía nos exige.

Tenemos un gran reto. Un desafío histórico, pero vamos a demostrar que se puede! Los panameños podremos volver a mirarnos a la cara y sentirnos orgullosos de lo que somos capaces juntos. Juntos, ¡porque esto es responsabilidad de todos! Será un camino difícil, porque quienes están enquistados en el poder, quienes han hecho de la política un negocio, harán lo inimaginable por mantenerse en el poder. Porque saben que la única candidatura presidencial que representa un cambio real es esta. Porque saben que a partir del 5 de mayo se les acabó la fiesta, saben que sí hay alguien dispuesto a enfrentar a todos los delincuentes, los de la calle y los de saco y corbata. No podrán callarnos, pero no sólo por mí, sino por ustedes.

Cada ataque nos hace más fuertes, cada comentario de un call center, cada mentira de sus medios “amigos” nos recuerda para qué hacemos esto. A todos ellos les digo fuerte y claro que no nos asustan y que sus ataques no nos moverán un centímetro de nuestro objetivo que es llegar a la presidencia para devolver la dignidad al pueblo panameño.

Porque eso es lo que nos pide nuestra gente. En cada una de las visitas, en sus casas, en sus barrios, esos que hemos recorrido sin clientelismo ni soluciones mágicas, nos dicen que quieren seguridad, trabajo, quieren salud, quieren educación para sus hijos. Gracias a los miles de panameños que nos abren las puertas de sus casas, que nos invitan a pasar y a conversar. No hay honor más grande que poder sentarse en lo más íntimo de un hogar a conocer un pedacito de sus vidas, a encontrar los puntos en común que tenemos quienes queremos cambiar a Panamá.

Llegó nuestro momento. El momento de los independientes, pero los independientes de verdad, independientes de compromisos, independientes de amarres, independientes de los grandes intereses económicos, los que estamos verdaderamente comprometidos con un cambio. Ya hemos visto a políticos tradicionales, exministros, expresidentes, presentarse como embajadores del cambio. Los Embajadores y constructores del cambio son ustedes, y nosotros los queremos representar. Esta vez no nos engañan, aquí estamos para decirles que viene un cambio serio y sostenible, pero sobre todo un cambio que no lo detiene nada ni nadie. ¡Debemos recobrar el orgullo de ser panameños y el orgullo de participar en política decente…la buena política!.

Somos un pueblo  que sabe alcanzar grandes objetivos, nuestra historia nos lo recuerda, las glorias de nuestros deportistas nos lo recuerda, nuestros profesionales requeridos por las mejores empresas del mundo, nuestros emprendedores y empresarios triunfando en otras latitudes, los funcionarios honestos que luchan día a día en un ambiente adverso. Somos eso, somos el esfuerzo, el talento y la resiliencia.

Somos capaces de mucho, volvamos a sentirnos orgullosos…Por nosotros y por nuestros hijos, porque nuestra historia merece un nuevo capítulo. Por eso hemos construido Otro Camino

Últimos Videos
comments powered by Disqus