- sábado 21 de octubre de 2023 - 12:00 AM
Posibilidades, realidades, necesidades
Tras 21 años de pseudoconstitucionalismo, Panamá no debe seguir eludiendo la necesidad de contar cuanto antes, con un contrato social vivo que refleje la evolución que ha conocido la sociedad en todas estas décadas. Pretender continuar con una constitución impuesta, desvirtuada y, constantemente violada, dificulta e impide que la dignidad humana, la soberanía popular y un estado constitucional democrático de derecho social.
La deuda pública llega a los casi 50 mil millones pero, la deuda social producto de las desigualdades sociales -que frenan el desarrollo humano-, no cesa de aumentar, acompañada de la indiferencia e indolencia de los responsables de los órganos del Estado y de los servicios públicos.
La cada vez mayor inclinación a la represión de parte de la empresa criminal conjunta gobernante, como lo ha demostrado con la imposición del repudiado y leonino contrato minero, debe llevarnos a los ciudadanos a ser mejores centinelas de nuestras libertades, garantías y derechos.
En su obra ‘El Estado Constitucional', Peter Haberle nos instruye sobre el enfoque que deben tener las Constituciones democráticas como ‘documentos vivos', las cuales ‘no deben ser estáticas, sino que deben adaptarse a medida que cambian las circunstancias y valores de la sociedad… A medida que la sociedad se vuelve más consciente de los derechos humanos y la igualdad, la Constitución puede actualizarse para incluir disposiciones que protejan estos valores'.
El impacto de la pandemia del covid en Panamá, nos ilustra la profesora Patricia Piizurno: ‘trastornó todos los órdenes de la vida y, de una u otra forma afectó a todos los panameños. La pandemia produjo desolación, angustia, incertidumbre y, particularmente, miedo, un denso y profundo miedo que consumió las fuerzas de la población durante los meses de enclaustramiento y paralización de las actividades económicas'.
Debemos entonces comenzar a activarnos en las posibilidades en cuanto al fomento de nuestras capacidades de considerar cuanto antes, alternativas y soluciones democráticas al estado actual de las cosas.
El no comprender las circunstancias y hechos concretos que se han dado y se avecinan, nos distancia de las realidades de ajustar, cuanto antes, las normas constitucionales ausentes de nuestro cotidiano y saber poder identificar las necesidades reales para determinar así, las políticas y normativas necesarias para promover y alcanzar el bienestar y la justicia que clama nuestra sociedad.
CATEDRÁTICO UP