Por la plata baila el mono

Ya se perfila la llegada del contrato minero a la Asamblea. Antes, el paso por Contraloría es de mero trámite, porque el contralor ha dado muestras de sobra que no defiende los intereses del Estado. No olviden que cuadró la prórroga que este gobierno le dispensó a Panamá Ports, a pesar de que, en 20 años, esa concesión había producido algo como un millón de balboas.

Pero en Contraloría no está el baile principal. Este se dará en la flamante Asamblea Nacional. Ahí están las pirañas voraces que dirán ¿qué hay para mí? Y recordemos que la mayoría de esas pirañas entran en campaña para tratar de reelegirse. Eso significa que necesitan ‘donaciones' para cubrir los apetitos de sus angurrientos votantes acostumbrados al clientelismo perverso que practican los partidos políticos. Solo hay que ver cómo el diputado Carles, cuyo partido, a través de su virtual candidato a presidente, se ha manifestado contrario al contrato. Carles ya ha dado a entender que para su circuito vendrá algo bueno porque hay promesas de que le llegarán 90 millones. Carles sabe que teniendo una población poco ilustrada, si él vota en contra del Contrato Ley sería darse tiro al pie, porque esos votantes, que él no ha formado en lo correcto, lo verán como un enemigo.

El contrato va a pasar, a no ser que, al discutirse, afuera del Palacio Legislativo, haya un multitud de muchos miles, que expresen enardecimiento, como ocurrió en 1947 que, la Asamblea de aquellos tiempos, pretendía aprobar el entreguista Tratado Filós-Hines de bases y tuvo que rechazarlo.

Veamos otro árbol del bosque. De aquí a las elecciones del 5 de mayo de 2024 no habrá mayor análisis de propuestas sino que, los candidatos que más se hagan sentir con el ‘poderoso caballero don dinero', lograrán que los ‘elijan'.

La suerte parece estar echada. Poco o nada se estructura para lograr una alianza programática altruista, en la que haya renunciamientos más que la ambición egoísta de trepar a cargos.

Así las cosas, ratifico el título de este escrito: por la plata baila el mono y también bailan políticos y, lamentablemente, muchos ciudadanos dañados por el perverso clientelismo…

ODONTÓLOGO