La piedra rosada

Amanecer con la fuerza y deseos de hacer cosas luego de una conversación estimulante con personas positivas y energéticas o como consecuencia de una experiencia espiritual motivante, es recargar de energía nuestra vida.

Sin embargo, muchas somos presas de los vaivenes emocionales que pueden ser producidos por cambios en nuestro estado anímico, emocional, hormonal y mental, trasladándonos de las grandes alturas a los sitios más bajos de nuestro ser.

Cuando esto ocurre, se va apagando ese ímpetu inicial que produjo una idea de hacer algo con nuestra vida que nos produciría un bien, para quedar en un anhelo no satisfecho.

Entre el ímpetu inicial y la materialización de la meta, debemos administrar nuestra fuerza mediante el cultivo de la disciplina y la motivación. El deseo que nos motivó a comenzar es la llama inicial que necesita ser mantenida en el tiempo, y para eso hay que encontrar esa motivación que nos permita continuar cuando las fuerzas se encuentren débiles.

Podemos crear un simbolismo personal que tenga significado para nosotras. Tengo una amiga muy querida ―que es también mi maestra― que nos decía en clase que ella tenía un hermoso cuarzo rosado en un lugar visible de su trabajo y de su casa, el cual que le recordaba su meta y propósito de vida. Ella me enseñó la importancia de la motivación para poder movernos a materializar nuestros sueños.

La importancia de ponerle fecha a nuestras metas y saber tener y manejar una agenda nos da orden y aterriza del cielo al suelo nuestros sueños haciendo realidad todos los días el camino hacia donde queremos ir.

Una agenda colorida es el recordatorio personal de mis metas.

Abogada, mediadora, coach