• jueves 15 de mayo de 2025 - 12:00 AM

Peligroso un estallido social

El panameño, indistintamente la raza, condición social, origen o color, es pacífico por naturaleza. Generalmente da su brazo a torcer; hasta que lo “Kabrean”. Por décadas viene sufriendo del menosprecio, las mentiras y abusos de quienes gobiernan y su corrupta élite política.

El mayor cinismo es proteger delincuentes, inclusive ratificada la condena por la Corte Suprema de Justicia, es decir se protege a malhechores, mientras se persigue y apresa a dirigentes gremiales por el solo hecho de proclamar una vida mejor para todos los panameños.

Se envenenó tanto a la población contra los militares, que los políticos de hoy los han sobrepasado con creses. La población viene esperando un cambio en la salud, educación, caminos de penetración, condición de vida, en fin, el auge económico de todo país rico, como lo es Panamá, pero la corrupción la carcome.

Producto de la aprobación -fuera de contexto- de la Ley 462, por 48 diputados que posteriormente fueron premiados con invitación a almorzar, se enardecen las organizaciones que respaldados por la población en general son más del 60% de la población que exige la eliminación, derogatoria, inconstitucionalidad o la figura que se quiera aplicar, pero desaparecerla.

Peligroso un estallido social, producto del mal gobierno que lidera José Raúl Mulino. Su prepotencia, arrogancia e irrespeto, al igual que su grupo de ministros es evidente.

Se sigue utilizando a la policía, empujándolos contra la población que ellos juraron proteger y servir. Muchos ya cansados o enfermos, deseosos de regresar con sus hogares, pero se les impide, para continuar amedrentando a la población que protesta.

El policía, ser humano y ciudadano -cuyos parientes sufrirán igual que nosotros, las mismas consecuencias de esa descalabrada Ley- y ya agotados, quizás sin los pertrechos necesarios, pudiera cometer alguna imprudencia y agredir al manifestante.

Esta situación aislada, pudiera tener consecuencia para esa unidad, porque podría ser demandado, personalmente, si esa acción es contraria a la ley y la Constitución Nacional, porque esa no es su función. Finalmente: ¿para defender a quién? Dios te salve, Panamá.