Este combate es entre damas. Damas vestidas de blanco, de la cabeza a los pies. El ring está ubicado en el nosocomio de la 24 de Diciembre. Allí, una de las gladiadoras está repartiendo golpes a diestra y siniestra.
Como les dije, las guerreras van de blanco. Son las famosas “nursas”, las que atienden a los pacientes en los centros hospitalarios. Esta pelea viene de tiempo atrás, desde que regresó la peleadora mayor, a quien habían sacado del ring por sus constantes golpes bajos.
La veterana volvió recargada, con energías renovadas y sin intención de hacer las paces. Lanza guantes sin piedad contra sus colegas, que por respeto al uniforme, se mantienen en pie, aguantando en silencio.
¿Cuántos asaltos más podrán resistir? Nadie lo sabe. Los árbitros no deciden si tocar la campana o dejar que la gladiadora más longeva siga golpeando amparada por el cargo que ostenta.
Alguien tiene que tomar una decisión. Alguien debe parar este combate que no lleva a ningún lado y que podría terminar en un expediente por el mentado acoso laboral.
La jefa Doris sabe del pleito... y mira hacia otro lado. Los ángeles de blanco se están dando con todo, menos consejos. La más antigua sigue tirando golpes bajos, y a las demás no les queda otra que aguantar, porque la agarra con cualquiera.