• viernes 22 de octubre de 2010 - 12:00 AM

‘Pele Police’: abuso policial

La presunción de inocencia y el libre tránsito, dos preceptos constitucionales, están siendo vulnerados por el uso de un aparato (produc...

La presunción de inocencia y el libre tránsito, dos preceptos constitucionales, están siendo vulnerados por el uso de un aparato (producto de la tecnología), que de un auxiliar de la acción policial se ha convertido en un promotor de violaciones de derechos humanos.

Por la necesidad de mayor seguridad en las calles, gran parte de la ciudadanía acepta estos y otros ultrajes, ignorante de sus derechos y víctima de una sistemática campaña para adocenarla, haciéndole creer que tanto los agentes de la autoridad como los servidores públicos de cierta jerarquía son monarcas, reyecitos o príncipes.

El aparatito este, que ni siquiera los gobernantes con mentalidad antinacional le han traducido su nombre inglés, como obliga la constitución, que claramente señala que el idioma oficial es el castellano, se ha convertido en actor famoso. Si no es en un bus para investigar a sus pasajeros, en una parada o en una esquina para estorbar a los transeúntes o en una carretera para formar tranques. El bendito aparatito es usado por una Policía que cada día se posesiona de un peligroso papel represor e intimidatorio.

Los agentes de la autoridad, que no son autoridad, esos, los policías, usan el aparatito como cuando alguien va de pesca y lanza una red para ver qué recoge. Desde nuestra óptica, el aparatito se puede y debe usarse como un auxiliar valioso para determinar si algún detenido, por contravenir los códigos, tiene otros casos pendientes en una data actualizada. Pero hacer lo que hacen, presumiendo que todos los ciudadanos que pasen por un retén son delincuentes, viola el libre tránsito, garantizado en la constitución, como la presunción de inocencia.

Total, después de haber retenido a miles de ciudadanos, publicitados profusamente, no hemos visto que la población carcelaria haya aumentado en esos números anunciados. Así las cosas, las autoridades y los agentes de la autoridad deben entender que el fin no justifica los medios o que no pueden pagar justos por pecadores.

El SIDA mata y no por esto la autoridad de Salud se va a parar en una esquina o van a detener el tránsito en las vías para tomarle muestras de sangre a todo el que pasa, para determinar si es un agente de transmisión del HIV.

El que autoridades y ciudadanos no conozcan sus deberes y derechos hace que se toleren estas prácticas. A usar racionalmente el dichoso aparato.

EL AUTOR FUE PRECANDIDATO PRESIDENCIAL.

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