• domingo 16 de junio de 2019 - 12:00 AM

Los panameños somos ‘desmemoriados'

Si existiera un premio, no sabríamos a quien otorgárselo, porque nadie se salva de esta ‘desmemoria'.

Así, con esta expresión, Diógenes de la Rosa, el filósofo del arrabal santanero, definía la falta de memoria de los panameños en los asuntos del país. Y por lo visto recientemente, los panameños como maldición, engalanaron uno de nuestros defectos históricos como personas y como sociedad el pasado 5 de mayo.

Hacemos gala de nuestra desmemoria una y otra vez y hundimos a personas, hechos, episodios, en el anonimato nacional. La escuela primaria, secundaria y la universitaria, se regatean la excelencia de quien olvida más. Si existiera un premio, no sabríamos a quien otorgárselo, porque nadie se salva de esta ‘desmemoria'. Y los pocos que tienen ‘memoria histórica', les cuesta mucho escribirlas por la falta de apoyos gubernamentales y otros la evitan por los temores de resucitar muertos y heridos de nuestro pasado histórico con los debates obligatorios. Pero todos, tratamos de ocultar o de apartar el pasado panameño, como si fuera una peste de nuestros antepasados y preferimos vivir el presente, sin pasado y sin recuerdos.

¿Qué factores antropológicos, sociológicos, religiosos, económicos, culturales inciden en este comportamiento personal y social de los panameños? ¿Qué hay en nuestra existencia nacional como pueblo y como Patria que nos lleve a olvidar el pasado y nos avergüence contarlo? ¿Somos el único pueblo del mundo que tenga pecados grandes y pequeños que no se puedan conocer y no se puedan contar? ¿Por qué las clases o grupos acomodados y cultos de Panamá se unen a la desmemoria nacional? ¿Qué hacen las universidades panameñas para atacar este mal nacional que nos desnacionaliza ayer, hoy y seguramente mañana?

Otro pedazo de historia que deberíamos debatir en estos 500 años de la ‘Muy Noble y Leal Ciudad de Panamá'.

De José Franco:

‘Con Cristóbal navegó la conquista, la borrasca inicial, los primeros chubascos de la guerra... y fue cuando Panquiaco de brumosas regiones señalando las empinadas cimas, así dijo a Balboa: allá donde terminan las solemnes aguas de Chucunaque, más allá del macizo valle donde Careta tiene sus poderíos. Cerca de los pantanos insalubres de Ponca, hay un mar generoso, un imperio profundo'.

EXEMBAJADOR DE PANAMÁ EN NICARAGUA Y BRASIL

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