• sábado 18 de noviembre de 2023 - 9:33 AM

¡Panameño despierta, no te dejes engañar!

En Panamá, en los tiempos de la dictadura, operaban dos organizaciones con ideologías diferentes

El comunismo extremo no surge por arte de magia. Debo reconocer que es la respuesta natural a la existencia del capitalismo salvaje. Cuando el padre de esta doctrina nos habla de ello en El Manifiesto lo hace en medio de las penurias de una clase obrera oprimida; de horarios extendidos; de pagas miserables y de tratos injustos. En aquellos tiempos solo había una palabra a la cual se le daba importancia… ganar. Hoy, por fortuna, ya no se trata de que esto se dé en una sola dirección… ahora es ganar-ganar… gana el empresario, gana el trabajador. ¿Ha cambiado el panorama de ese salvajismo del siglo XVIII y XIX? Las conquistas logradas con luchas y manifestaciones demuestran que hoy existe un sistema intermediario que es la alternativa y la solución a esos extremos. En Panamá, en los tiempos de la dictadura, operaban dos organizaciones con ideologías diferentes… El partido del Pueblo y la Democracia Cristiana. Ambos con poca membresía, pero que eran dueños de posiciones y verbos encendidos que los hacían ver más grande.

Marx y Engels describen el mundo industrial en el que vive el proletariado, la tendencia de las clases medias empobrecidas a engrosar sus filas, y la historia de su lucha contra el régimen burgués de producción, que ha ido desde la confrontación aislada entre obreros y burgueses individuales hasta llegar a la confrontación de las dos clases. Explican cómo la industrialización y la división del trabajo produce una alienación del trabajador al quitarle todo carácter autónomo, obligándolo "a venderse a trozos" como una mercancía cualquiera y volviéndolo "en un simple resorte de la máquina, del que sólo se exige una operación mecánica, monótona, de fácil aprendizaje". Es el mismo desarrollo acelerado de la industria el que nivela las condiciones obreras, cohesiona a los proletarios y presenta su asociación de clase como primera necesidad para la lucha por sus intereses sociales, contrarios a los de la clase de los burgueses. Al final, es cuando la lucha de clases se vuelve tan violenta y tan clara "una pequeña parte de esa clase se desprende de ella y abraza la causa revolucionaria".

El autor del libro ´´Voces de la Historia´´ Juan Cardona Conte expresa: “El problema es que la izquierda es más activa… se hace sentir más en las calles, es la que escribe la historia a su manera. Lo que corresponde, en buena lid, pero nadie hace o muy pocos como usted, es que hay que presentar otra visión. No es aceptable dejar que solo las ideas izquierdistas sean las que llegan a la gente.   Toca tomar partido, dejar a un lado lo relativo. El comentario que hago es que el comunista negociará para sobrevivir o temporalmente, nunca lo hará por convicción de patria o paz social.  Los conceptos marxistas no incluyen el de patria, ni la paz social porque ellos propugnan por doctrina, la lucha de clases. El caos es fundamental en sus principios luego viene el ataque a las estructuras y superestructuras (es decir valores, medios de producción, ministerios, etc., de la sociedad). Patria o muerte es un slogan vacío para un comunista en una sociedad democrática porque no creen en el concepto de patria.

Al final, a la gente se le olvida que la sociedad sin clases que propone el marxismo requiere de una dictadura del proletariado para reeducar a la sociedad para que produzca según sus capacidades y aprenda a recibir según sus necesidades. Al final, esto se traduce en una pérdida de la libertad como consecuencia de la dictadura del proletariado que es parte esencial de la doctrina comunista y que la gente parece no entender el problema. Se trata de la pérdida de la libertad individual que es todo lo contrario a lo que propone una doctrina liberal en la que la libertad individual es fundamental y por ello se busca un estado limitado en cuanto a la intervención en la sociedad. En la dictadura del proletariado son los altos dirigentes y miembros del partido Comunista, al cual no pertenece toda la sociedad, los que controlan y disfrutan el poder a costa de los ciudadanos sometidos. Al no tener propiedad los ciudadanos quedan imposibilitados de producir un cambio y más nunca salen del sistema comunista. Ahí tenemos a Cuba y ahí está Venezuela. La propiedad es esencial para que la sociedad pueda buscar un camino propio, pero una sociedad aplastada económicamente sin dinero para gestionar nada sencillamente queda sometida.

En lo personal yo estoy en contra de la minería. Son proyectos malos a largo plazo para el país, sin embargo, ante la realidad actual de una mina que ya tiene años de estar funcionando y el daño ecológico ya está hecho tenemos que darle una nueva mirada al tema porque las futuras generaciones tampoco nos van a perdonar la ruina económica que vamos a causar tratando de echar por tierra un proyecto que aporta el 5% del producto interno bruto y que podemos caer en demandas y en aislamiento como país sujeto de crédito y de inversiones internacionales. Entonces tenemos que pensar dos veces cómo estamos manejando esto. A los comunistas no puede parecerle mejor el escenario actual y en lo más mínimo van a transar salvo que se le cierre el paso para que la mayoría comprenda el problema.” Hasta aquí la cita.

El capitalismo salvaje y el comunismo extremista son dos formas de querer gobernar a la sociedad. A pesar de las diferencias, en el fondo se dan la mano por los métodos utilizados. Queda un término medio donde impere la intención de verdadera de llevar al ser humano a mejores estados de vida. Varios países de Europa nos están dando ese ejemplo. Sitios donde las cárceles las cierran por falta de delincuentes. Lugares donde existe una medicina humana y la gente evita la acumulación de riquezas para que ellas lleguen como regaderas al pueblo. ¡Despierta panameño, un grupo reducido se ha creído ser dueño de las protestas utilizando como argumento la minería! Están utilizando el mismo librito para asaltar el poder a través del sistema democrático. Lo he dicho varias veces y lo reitero… la democracia es tan frágil, tan flexible que ella misma le abre las puertas y amamanta a quienes luego serán sus asesinos. Saludos y feliz sábado dentro de las posibilidades.

Docente universitario

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