- domingo 31 de octubre de 2021 - 12:00 AM
Panamá merece un monumento en bronce o mármol
No es fácil escribir sobre las fiestas de noviembre, que este año al igual que el año pasado sigue el COVID19, maltratando no solo a los panameños sino al mundo entero.
Porque, este noviembre además de un COVID-19 que nos amenaza día y noche, va acompañado de protestas múltiples en varios rincones del país. Protestas legítimas de aquellos viejos problemas sin resolver a los que se le suman nuevos y todo ello con amenazas de reventar en violencia callejera.No hay dudas que a los viejos y nuevos problemas que tienen los panameños de a pie, y muchos que andan en carros también, hay que hacerles frente con realismo y con franquezas.
No se puede alargar esta angustia nacional. La siente el pobre, los grupos medios y los ricos. Lo siente el capitalino y el interiorano.Así ha pasado en Chile y en Colombia recientemente.
No se libran otros países hermanos y los de Europa no se escapan tampoco a esa crisis mundial. La diferencia es que Europa tiene muchos recursos para enfrentar la Pandemia, que no así Panamá y pueblos hermanos, que para recontramatar se presentan con muchos vicios de corrupción de funcionarios públicos que traicionan la confianza de los ciudadanos.
¿Como se pueden enfrentar estos males, que parecen estallar en cualquier momento? ¿Cómo evitar que grupos sectarios se apoderen de las legítimas denuncias ciudadanas para sus cálculos electorales de 2024?Por las vías pacíficas, no hay otra fórmula que el ENTENDIMIENTO NACIONAL PATRIÓTICO, PACTO O ACUERDO, entre las fuerzas sociales o de lo contrario la anarquía social con la represión policial violenta como respuesta del Estado y del Gobierno.
Yo espero, con toda sinceridad, que encontremos una salida pacífica y democrática. Lo demás es leña al fuego.Pero, hago una pausa, para recordarle a todos los panameños, sin distingos, que el Gobierno, los políticos de un bando y del otro, que las empresas, nacionales o extranjeras, que los profesionales, que los trabajadores, que los pastores de las Iglesias, que las amas de casa y los estudiantes seguimos con una DEUDA HISTÓRICA CON LA MEMORIA NACIONAL: CONSTRUIR UN MEMORIAL O UN MONUMENTO A LA PANAMEÑIDAD. Ya es hora.
CÓNSUL EN LIMA, PERÚ