- jueves 23 de agosto de 2018 - 12:00 AM
Panamá, un Estado fallido
Que solos se quedan los muertos, pero algunos vivos también. El caso del señor Presidente de la República, cuyos marineros y más fieles colaboradores saltan del barco, no deja la menor duda. Lo que debe preguntarse el panameño de a pie es: ¿dónde están las auditorías y revisión de la declaración de bienes, de cada uno de ellos?
Se especula que los niveles de corrupción de estos dos últimos gobiernos (Martinelli y Varela), sobrepasan la suma de todos los demás gobiernos. Lo más preocupante es que algunos funcionarios de alto perfil o sus parientes, siguen gobernando lo cual aumenta las malicias.
Vivimos las postrimerías de un gobierno ineficiente e incapaz. Que jamás resolvieron sus promesas de campaña y ahora, el año preelectoral, los problemas nacionales aumentan a grado tal que diferentes organizaciones pacíficas se lanzan a las calles a protestar. Tal es el caso de los productores agropecuarios, entre otras organizaciones y poblaciones.
La profunda crisis existencial del gobierno de Varela, alcanza uno de los índices de incredibilidad más altos desde la existencia de la república. La corrupción predomina. La gran mayoría de los diputados del gobierno pasado formaron parte de los 403 millones que se perdieron del PAN (Programa de Ayuda Nacional), de lo cual ninguna auditaría floreció, obviamente son diputados reelectos, por lo cual la fiesta continúa.
El uso indiscriminado, degenerado y corruptivo de la partida 080, no dejó derecho a dudas, solamente lamentos de parientes, hijos, consortes, etc., de los diputados y algunos del Ejecutivo.
Panamá, un Estado Fallido, donde no se derrama sangre producto de armas, pero se asesina por falta de alimentos, desnutrición, salud, educación y calidad de vida. Un país que tiene toda la riqueza nacional para que la población, desde la ciudad hasta las áreas más recónditas, apartadas, tenga salud, educación y bienestar social, producto de un desarrollo económico cónsono con nuestra riqueza nacional. Se requiere de caras nuevas con visión de Estado. Dios te salve, Panamá. Economista, educador, humanista.