• jueves 29 de agosto de 2024 - 10:57 AM

Ortega: ¿El ‘chochito’ de la izquierda?

Enorme error conceptual del presidente nica enfilar la artillería contra un dirigente con mayor credibilidad que él

Me preparaba para una junta ordinaria de los gremios sindicales del sector cultural para analizar la estrategia relacionada con la discusión del Proyecto de Ley Laboral del Artista Nacional, cuando en el Canal Sur enfocaron al presidente Daniel Ortega, en su intervención en la Cumbre Extraordinaria del ALBA-TCP, junto a su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo.

Les confieso que me costaba trabajo digerir lo que estaba escuchando. “Lula traidor, arrastrado, mensajero del imperio yanqui. Respeta para que te respeten. Estás compitiendo con Petro para ver quién es el mensajero del imperio”. A renglón seguido, daba la primicia de la ruptura de las relaciones diplomáticas con el gigante del sur. La razón: pedir que se publiquen las actas del proceso electoral del 28 de julio por parte del Consejo Electoral de Venezuela.

Me parece infantil y un enorme error conceptual del presidente nica enfilar la artillería contra un dirigente de mayor credibilidad, por encima de él y de Nicolás Maduro, en Latinoamérica y en otras latitudes.

Los argumentos que sustentan este ataque no pueden ser digeridos por ningún pensador, ni siquiera neoliberal o socialdemócrata, para no decir de izquierda, socialista o revolucionario. El ataque al presidente Petro, de igual forma, está desenfocado, toda vez que pierde de vista que estos dos dirigentes llegaron al poder electos democráticamente por el pueblo de esos dos países y, por lo tanto, son dirigentes de izquierda, legitimados democráticamente por los votos, situación que no puede enarbolar el otrora guerrillero, combatiente de la Revolución de Julio de 1979.

He revisado el video de dicha intervención, tratando de convencerme de que Daniel, el hermano de Humberto, encarcelado, compañero de Edén Pastora, de Tomás Borges y de Dora María Téllez, le asiste algún porcentaje de razón revolucionaria y política, para tal comportamiento y lamentablemente, no la encuentro.

No hay argumentos ni justificación política ni ideológica para tales ataques, en estos momentos, si es que quiere ayudar al régimen de Maduro a superar esta crisis, y que, personalmente, creo que sí podrá, pero no con acciones como las de Daniel Ortega. Lo que el “compañero” Daniel, como lo llaman Nicolás y Díaz Canel, debió tomar en cuenta, es que esa acción debilitó a lo interno al chavismo y a nivel internacional fortaleció a los sectores que enfilan por estos días su artillería contra la Revolución Bolivariana.

Ante este escenario, la única explicación que encuentro son dos aristas que identifican al gobierno de Ortega: una carga enorme de esoterismo y la avanzada edad del comandante.

La primera se expresa tan solo en los adornos y accesorios utilizados por la vicepresidenta y su entorno cercano, que incluye a miembros del Ejército, del Ejecutivo, el Congreso y la Corte Suprema, que reflejan una práctica religiosa, tipo masónica, cargada de simbolismos sancríticos y de ritos, tipo Haití y el Caribe.

A esto le sumamos que a Daniel le cuesta coordinar las ideas, el argumento lógico, la coherencia en la narrativa, el hilo de claridad conceptual; entonces tenemos una revolución en crisis, título del próximo análisis que compartiremos con nuestros lectores.

Abogado

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