El general Omar Torrijos logró consenso con una gran mayoría del movimiento estudiantil, un adversario histórico de las clases oligárquicas y militares.
Recordemos en una parte de su carta al Senador Edward Kennedy, le expresa:
“Siempre que enfilamos nuestros fusiles en la protesta callejera, la razón estaba al lado de quienes enfrentamos”.
Estas palabras reflejan la crisis social panameña de la época, sin embargo su capacidad de diálogo y conversación hizo posible que los principales líderes del movimiento estudiantil panameño se sumaran a su proyecto de reivindicación social y recuperación de nuestra soberanía nacional. De manera similar, logró incluir al movimiento obrero panameño, que al igual que el estudiantil, era reticente a participar junto a un gobierno militar en un proyecto político de redención social.
El Código de Trabajo de 1972 conciliaba los intereses del capital y del trabajo, impulsando como nunca en la historia del país un auge del movimiento sindical y de los trabajadores panameños.
Asimismo, Torrijos incorporó a los corregimientos más abandonados y marginados del país, tradicionalmente excluidos del sistema político y de la toma de decisiones como agentes de cambio social. Las políticas de modernización del Estado no habrían sido posibles sin el consenso que Torrijos promovió en sus recorridos por la geografía nacional.
“Dictador con cariño”, así se autodefinió cuando un grupo de estudiantes lo visitó el 14 de septiembre de 1977. En ese encuentro, los jóvenes buscaban adversar, desde una postura patriótica, los Tratados que serían aprobados el domingo 23 de octubre de 1977, dando inicio al proceso de descolonización del territorio del Canal.
Según relató el profesor Guillermo Ríos Valdez, en esa reunión Torrijos les pidió tres cosas: “No me mienten a mi madre; no me digan ladrón, porque yo no soy ladrón; no soy un dictador; en todo caso, soy un dictador con cariño”.
El encuentro estaba programado para las 7:00 de la mañana, pero los estudiantes llegaron a las 10:00 a.m. A pesar de ello, fue una reunión franca y con compromisos claros. Así se logró, aunque inicialmente ellos adversaban su posición.
Esta primera semana de marzo de 2025, el Presidente norteamericano vuelve a mentir sobre el Canal de Panamá.