- domingo 01 de enero de 2016 - 12:00 AM
Odebrecht, los papelitos y la lista
La ampliación del Canal, que es realmente el Canal panameño, que llenó de expectativas al país y al mundo, ha quedado como una obra pálida, al lado de los escándalos que nos han salpicado este viejo año 2016: los mal llamados ‘Papeles de Panamá', como si fuéramos los únicos que fabricamos off shores ; la lista Clinton, que ataca a los periódicos La Estrella de Panamá y El Siglo, y a varias empresas que funcionan con miles de trabajadores en la Zona del Canal; y, para rematar, lo que muchos advertíamos hace varios años, las coimas de la empresa constructora Odebrecht.
La telaraña de las coimas de esta empresa constructora, que no quiere decir que es la única coimera, empieza a demostrarse que es una telaraña cuyos finos hilos abarca a una gran parte de la sociedad.
Las coimas repartidas son para unos ‘comisiones', subcontratos de trabajo, relaciones públicas, apoyos a obras caritativas, solidaridad con los pobres, imagen empresarial; entre otras mentiras, pero todas compraron silencios, sonrisas, apoyos de gobiernos, políticos, sindicalistas, periodistas, funcionarios altos y medianos de los distintos gobiernos.
La empresa privada también se benefició, con el cuento de siempre, la seguridad jurídica, las inversiones, los puestos de trabajo y las megas obras que modernizaban al país y nos transportaban al ‘primer mundo' deseado y por otra parte, recurrían a justificar esa feria corrupta con los famosos crecimientos económicos del país en la región.
Pero esa corrupción de la constructora Odebrecht y las otras empresas privadas que gestionan con el Estado y con los Gobiernos, del signo que sean, las coimas repartidas, no es más que el robo descarado del dinero del pueblo panameño. Esas coimas son tan grandes por los sobrecostos, que con las mismas, se podrían construir escuelas, hospitales, se pagarían las deudas con los profesores, se podrían comprar medicinas para los hospitales, centros de salud… y una larga lista de necesidades que los políticos, funcionarios y la empresa privada se llevan para sus casas.
¿Habrá llegado la hora de pedir cuentas claras, habrá llegado la hora de emberracarnos?
Exembajador de Panamá en Nicaragua y Brasil