Usuarios toman a relajo el uso de la coma. -Está faltando una coma: échale una”, se escucha. Como si se tratara de golosinas en fiesta de niños. La coma, en casi todos sus usos, tiene una función lógica en la construcción de la oración. Una mal puesta descuaderna el escrito más glorioso.
Se atribuye al escritor Julio Cortázar (argentino) haber ideado este texto con sus correspondientes problemas:
“’Si el hombre supiera realmente el valor que tiene la mujer andaría a cuatro patas en su búsqueda’. ¿Dónde pondrías la coma? Si usted es mujer, con toda seguridad, colocaría la coma después de la palabra mujer. Si usted es varón, colocaría la coma después de la palabra tiene”. Una coma cambia, en forma radical, el significado. Usuarios dejan a la deriva la coma. Unos se la ahorran y otros la desperdician. Lo correcto es el justo equilibrio, según la lógica que implica al ser autopista en la exhibición del pensamiento.
Decía Cortázar que la coma es la “puerta giratoria del pensamiento”.
Este signo de puntuación puede determinar el sentido de una acción:
No, espere.
No espere.
Deshacer el dinero:
23,40
2,34
Puede ser la solución:
Vamos a perder, poco se resolvió.
Vamos a perder poco, se resolvió.
Cambiar una opinión:
No queremos saber.
No, queremos saber.
Condenar o salvar:
¡No tenga clemencia!
¡No, tenga clemencia!
La coma se escribe pegada a la palabra o signo anterior y separada por un espacio de signo o palabra siguiente.
Se usa para señalar determinadas fronteras sintácticas. Tiene que ser mucho con la organización de la oración. No siempre que hay una pausa en la pronunciación debe escribirse coma.
Uso común es para separar elementos semejantes y posición que se enumeran (o repiten). El vehículo eléctrico es bueno, bonito y barato.
Empleo productivo es aquel para separar una frase explicativa dentro de una oración. La neutralidad, como se entiende hoy, representa tomar partido. Entre comas, tenemos esa frase explicativa, que ofrece una información adicional, pero que, al retirarse, no se altera el sentido principal del enunciado.
Antes de las conjunciones y, o y ni no se usa, salvo en excepciones por oraciones extensas. Función estilística más que lógica. No había gatos, ni perros, ni ningún animal. Esas comas son opcionales.
Si no empiezan oraciones, se coloca antes de pero y sino.
Es lógica y necesaria la coma de vocativo, aquella entre el interlocutor y aquello que se le dice al llamarlo. Hola, Juan; Ricardo, ¿estás allí?
