• martes 23 de diciembre de 2025 - 12:00 AM

Navidad en el ojo de la tormenta

Llega diciembre y, con él, la insistente luminaria que intenta, a veces sin éxito, ocultar las grietas de un mundo que parece resquebrajarse. Para los creyentes, la Navidad de este 2025 no debería ser un simple ejercicio de consumo o un paréntesis de amnesia colectiva, sino un momento de profunda e incómoda reflexión.

Cerramos un año que ha sido, por decir lo menos, implacable. Los pupilos locales no la han tenido fácil, con la creciente inseguridad y las cifras de desempleo subiendo también. La incertidumbre económica ha dejado de ser una estadística para convertirse en una angustia sentada a la mesa de muchos hogares, aunque hayan conseguido el jamoncito del IMA para esta época.

Si alzamos la vista más allá de nuestras fronteras, el panorama no es más alentador. El mundo ha sido azotado por huracanes, guerras y rumores de guerra que mantienen a la humanidad en un estado de vigilia constante. Pareciera que la paz es un concepto que se nos escapa entre los dedos, mientras la retórica del odio gana terreno en la geopolítica global.

La Nochebuena que ya está a las puertas representa una pausa necesaria; un refugio espiritual. El nacimiento de Jesús no es una huida de la realidad, sino la promesa de que la luz tiene el poder de prevalecer sobre la oscuridad.