• sábado 22 de abril de 2023 - 12:00 AM

Un modelo educativo acomodado

El mundo y la educación está girando actualmente a diferentes revoluciones, provocando un desacople creciente.

El mundo y la educación están girando actualmente a diferentes revoluciones,

provocando un desacople creciente. Las novedades se acogen con temor o recelo y,

en ocasiones, se les atribuyen más riesgos que ventajas; pero la educación debería

estar en vanguardia; pues el actual modelo educativo tiene bastante de

acomodaticio, con zonas de confort protegidas y auto-justificadas por una maraña

regulatoria y burocrática. Con avances que, a menudo, son básicamente cosméticos,

pues pretenden ser reales bajo un espejismo de innovación docente que, en

ocasiones, es solo ocurrente, errática, no duradera y confusa para los estudiantes.

Ante un universo inabarcable y creciente de conocimientos, en los que el profesor y

sus libros han dejado de ser la fuente principal de sabiduría, el docente debe asumir el

principal de los retos: volver a ser un maestro-orientador que provoque la curiosidad

de los estudiantes y su interés por aprender. Memorizar lo que de verdad importa y

no toda una sucesión de definiciones y características. Aprender literatura, filosofía o

historia, no solo como un listado de autores, obras y fechas, sino sobre un contexto

holístico que ayude a entender el porqué de sus creaciones o de los sucesos

acaecidos. Dedicar más tiempo a aprender y ejercitar que a evaluar, pues la evaluación

se ha convertido, tristemente, en el centro obsesivo del modelo educativo.

Y es que el volumen de estudiantes y su masificación desde la segunda mitad del siglo

XX llevaron a esas pruebas selectivas de acceso a la universidad a cuya superación se

entrega el bachillerato, preparando a los alumnos, de modo principalmente

memorístico, para una prueba de unos días que solo puede valorar conocimientos y no

competencias. En Panamá, las superan más del 90% de los estudiantes, perdiendo así

su carácter selectivo, salvo por su única propiedad: servir de filtro para la asignación

de plazas en un intento por corregir el desajuste de su oferta y demanda.

El sistema educativo parece no dar con la tecla para motivar a los estudiantes. Muchos

de ellos, sencillamente, se aburren con las jornadas de clases y la sucesión imparable

de pruebas de evaluación y entregas de trabajos. No se ha conseguido inculcar en

ellos curiosidad y verdaderas ganas de aprender; solo se les ha exigido y se les ha

evaluado. Es muy probable que la inteligencia artificial y la ciencia de datos sean las

herramientas que permitan, por fin, la personalización de la enseñanza.

Curiosamente, cuanto mayor sea la incorporación de tecnología en el modelo

educativo, más importantes serán el factor humano y las cualidades inspiradoras en el

rol del docente: innovación educativa de base tecnológica al servicio del humanismo;

tecnología como herramienta y medio y no como fin; tecnología para democratizar el

acceso a la mejor educación y al logro de su mayor personalización; tecnología en

contenidos, pero humanismo en la función educativa.

Es encomiable que varias y relevantes empresas e instituciones de diferentes sectores

se vinculen estratégicamente desde la Responsabilidad Social Empresarial (RES), en iniciativas de promoción de la educación, conscientes de los altos indices de

deserción escolar post pandemia y la necesidad de obrar un cambio constructivo y

con proyección de futuro, indudablemente necesario para una estrategia de país

esperanzadora.

Presidente de la Fundación Juventud Panamá Oeste.

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